Lo fastidié todo.

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Aquí empieza otro, majestuoso, capítulo. Nuestros pequeños exploradores y héroes, o sea, nosotros; mi grupo y yo. Decidimos hace dos días que quedaríamos a entrenar el día siguiente, pero lo atrasamos dos días después, ya que nos mandaron muchos deberes y un proyecto que hacer en valores. Pero como ya habíamos terminado las cosas que teníamos que hacer, pues decidimos quedar el 27 de noviembre.


5 horas más tarde.


Ya acabé, por fin. Mientras estábamos en el descanso, Pepo dijo que ese día sí que sí quedaríamos en el bosque. Por suerte, había muchos bosques y plantas en nuestro planeta. Puede que tengamos tecnología muy muy avanzada, pero eso no significa que no cuidemos al medio ambiente. Siento pena por los de la Tierra. He estado investigando acerca de ellos y no digamos que esté tan bien su planeta. Espero que el futuro de la Tierra no vaya empeorando.

En fin, quedaríamos en el bosque y organizaríamos todo ahí. Entonces, iríamos a la dimensión como a las 6:15, ya que, aparte de quedar en el bosque a las 5:30, tendríamos que hacer algunos deberes. Como K.O tarda mucho en llegar aquí, decidimos hacer los deberes juntos en esa zona.

 Estaba en marcha hacia el bosque con mi mochila y mis deberes. Mientras, os contaré lo que hicimos en valores. Como nuestro profesor de valores es muy guay, en vez de seguir un libro y decir lo que opinamos de un texto, él nos habla sobre temas de verdad y no inventadas, expresamos nuestras opiniones si en clase de lengua sale un tema interesante y tenemos un emocionómetro (es una palabra que mi profe se inventó, creo.)

El emocionómetro es una tabla con una foto de cada estudiante con seis diferentes emociones: Alegría, tristeza, sorpresa, miedo, amor y enfado. Mi clase fue el primero en hacerlo, gracias a nuestro tutor que es nuestro profe de matemáticas, lengua y valores. También vemos películas que tienen valores importantes o valores que están ocultos y hay que intentar averiguar qué trata de enseñar. Básicamente, vemos una peli y Jesús, nuestro tutor y profe de matemáticas, lengua y valores, hace equipos y cada equipo tiene que hacer un trabajo acerca de la película. Siguiendo un guion que nos da él y sí, hay que exponerlo oralmente delante de la clase. Pues, eso es lo que hicimos, ese era el proyecto, y ya está.

Cuando llegué al bosque me fui a la zona de los picnics.

7 minutos después.

Perfecto, ya estaba ahí. Así que me senté en una mesa. Como vi que no habían llegado, empecé a hacer los deberes yo sola para ir adelantando. 

Oí un ruido, pero no le di importancia ya que pensé que era una ardilla.

—¡Hola, Lapis!

—¡Aahg! Ah, eres tú. No me des esos sustos, Koro.

—Perdón —Dijo mientras sonreía incómodamente. —En fin, ¿qué estás haciendo?

—Ah, pues, no sé. Dime tú.

—¿Los deberes? —Preguntó.

—¿En serio? — Le pregunté con cara seria. — Sí, Koro, sí estaba haciendo los deberes.

—Ok, entonces, me marcho. Perdón por las molestias. — Dijo mientras se iba.

—Gracias. . .— Dije en voz baja.

 Aunque ya había acabado los deberes de matemáticas. No debí dejar ir a Koro. Pude estar hablando con él. Chale, que triste. En fin, es lo que había. 

Después de estar diez minutos más esperando, por fin, los tres mosqueteros aparecieron.

— Y bien, ¿cuál es la excusa?

—No pienso decir nada. —Respondió William.

—Yo tampoco.

—Tráfico. — Contestó K.O. 

Al menos, con una excusa en la puedo creer. Hubo un pequeño silencio. Pepo, como era habitual, empezó a hablar.

—Vale, lo que tengo planeado para hoy va ha ser genial. Primero, a hacer los deberes. Segundo, a entrenar y tercero, a la dimensión.

—Ok, ok. Repasemos. Primero, ya acabé los deberes. Segundo, estamos entrenados y tercero, vayamos a la dimensión ahora. —Respondí.

—No. Puede que podamos hacer los deberes hasta el jueves. Pero, sé que no estamos entrenados decentemente y no tenemos la nave ahora.

— Pero, si entrenamos perderemos tiempo.

— No pasa nada por ir a las siete o incluso a las ocho.

— ¡Eso no es verdad!

—Sí, no nos dirán nada.

— ¡Cállate! Eso es una mentira, entonces ¿por qué no nos dejaron los otros días?

—Ah, yo, no lo sé. Pero sé que hoy nos dejan.

— A caso, ¿estás intentando que nos castiguen?

— Pero Lapis, ¿cómo puedes pensar eso?

— Porque puedo, puede que te hayas cabreado y ahora quieres desahogarte con nosotros.

— ¡NO! ¡NO QUIERO HACER ESO!

— Men-ti-ro-so —Dije — Hemos llevado demasiados días sin poder ir a la dimensión y . . .

—Lapislázuli.

— Vuelve a decir mi nombre completo.

—Vale, Lapis. No podríamos aunque hoy mismo trajera la nave, ya que, no tenemos el equipaje suficiente.

—¿Y a quién se le olvidaron las cosas? ¿¡eh!?

Se me agrietó la cara y de las grietas me salió un líquido negro. Se me empezó a agrietar el cuello, también, mis mejillas. El cuello se me puso negro y las manos también se me agrietaron. Me pasa cuando me enfado de verdad y mucho. Así que, la mayoría dicen que doy mucho miedo.

—Eh, chicos. La gente nos está mirando. — Dijo William.

—Ah, yo. . .

No supe que decir. No debí de gritarle, me dolió mucho la cabeza. ¿Por qué le grité a Pepo?¿Por qué me alteré? ¿Por qué no lo hablé?¿Quién me controló? Esos fueron mis últimos pensamientos en ese momento.

. . .

 . . .

 . . .

 —¡AH!

— ¡Chicos! ¡Lapis se despertó! — Gritó K.O.

. . .

— Menos mal. — Dijo William. 

Vi a Pepo y no dijo nada.

— Pues yo no estoy feliz. ¡Me hubiera importado un comino! — Contestó Pepo. 

No me sorprende, cuando le regañan o se enfadan con él, es así. Incluso con sus amigos. Como ya veis.

— . . . ¿Qué me pasó? — Pregunté tocándome la frente.

— Te desmayaste. Por suerte, no te has hecho daño en la cara.

— Lo que me pasa cuando me enfado de verdad, pero ¿por qué me enfadé?

— A saber, tampoco lo sabemos. — Dijo William.

— Sí, pero lo que sí sabemos es que no vamos a ir a la dimensión. — Dijo Pepo enfadado.

— . . . Eh, lo siento Pepo. No quería gritarte no sé qué me dio . . .

— ¡Basta! No quiero perdones. Ya lo he decidido, yo no voy. Si queréis ir, vais solos.

— Pero no tenemos nave y no pensamos ir sin ti. Si tú no estás no tiene sentido que nuestro grupo se llame Pepe Party y, recuerda, somos amigos. — Dijo William.

— Sí, sí somos amigos. Pero eso no es una razón para no estar enfadado con alguien. — Dijo Pepo mirándome. 

Dijo eso y se fue del lugar. K.O y William, no dijeron nada. No sabían qué decir y menos yo. Me sentí muy mal y rara. K.O decidió irse, al igual que William y me dejaron sola, bueno, al menos se despidieron. Me habían dejado en la hierba y me senté en un banco y me puse a reflexionar qué me pasó.

Pepe Party - El Juego De Las Puertas [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora