Tres.
"No fuiste mío para que te perdiera"-August, Taylor Swift.
Emma podía ser una buena cirujana cardiotorácica, quizás una de las mejores en su área, obteniendo premios y distinciones por ello. Pero sentía que algo le faltaba a su vida.
Y sabía que aquel puesto que le estaban dando en el Virginia Mason Hospital como jefa de la unidad de cardiología era un puesto que quizás nunca podrían volver a ofrecerle, menos con las regalías que tendría, crear su propio equipo médico, una cantidad alucinante de dinero, un horario de trabajo que cualquier medico envidiaría. ¿Pero porque volver a Seattle? o ¿Por qué no hacerlo?
No lo sabía, aun no estaba segura de volver a Seattle, habían pasado solo dos años de la ultima vez que visito la ciudad, donde su entonces novio Eric nunca volvió a tener contacto con ella, su abuela había muerto a causas naturales a principio de año y había conocido a sus dos hermanas, o medias hermanas: Eiza y Sofia. Sin lugar a duda había tenido un año que nadie envidiaría y volver seria la bomba del pastel.
Nunca espero encontrarse con ambas chicas, menos cuando tuvo que hacer una operación de corazón abierto para salvar la vida de la novia de Eiza. Y a pesar de que no tenían la mejor relación con la mayor de sus hermanas eran al menos cordiales, al menos la había invitado a su boda. Pero con Sofia, era completamente distinto, la menor de las hermanas Eisley quería una familia, así que entablaron un estrecho lazo, hablaban a diario por teléfono.
Ya no se sentía la niña sola y perdida, era una mujer rica, inteligente y con una carrera en ascenso. Así que sin pensarlo más firma la carpeta con su nuevo contrato mientras el director médico festeja sonriendo . Seattle no podía quitarle más de lo que ya había hecho.
Así que lo siguiente que tenia que hacer era buscar un hogar para mudarse, contrato a una prestigiosa corredora de propiedades donde le pidió una casa con vistas a la costa, debía tener un carácter moderno, mientras encontraban su nueva casa decidió quedarse en un hotel. No era como si pudiera volver a su hogar infantil.
Aquella tarde decidió cenar en un lujoso restaurante para recordar la parte linda de la ciudad. No le molesto comer sola así que pidió una mesa y eligió una opción de mariscos, observaba a las personas a su alrededor, en la mayoría empresarios que disfrutaban aquella vida, aún seguía prefiriendo New York.
Luego de comer la entrada y mientras recibe el plato principal, revisa su teléfono
- Que recuerde nunca te gustaron los mariscos- escucha una voz que conoce muy bien a su espalda.
Emma voltea viendo a Christian frente a ella, tenia un aspecto oscuro, incluso más que en su adolescencia, lucia profundas ojeras bajo sus ojos y realmente se veía demacrado.
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Ultraviolence | Christian Grey
General FictionEl me lastimo, pero se sintió como amor verdadero.