Capítulo Final

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Neji sabía que había jugado sucio y tendría que pagar por haber tratado así a Sakura. Pero sería un precio muy pequeño a cambio de su seguridad. Tal y como había dicho, no confiaba en Kabuto. Ya era suficiente que aquel hombre tuviera a Hinata. De ningún modo iba a permitir que estuviera cerca de Sakura.

Esperó a que una pareja que se aproximaba abriera la puerta principal y entró detrás de ellos. Subió por las escaleras hasta el octavo piso y al llegar se quedó mirando el pasillo enmoquetado. El lugar estaba tan silencioso como una iglesia. Neji siguió los números hasta llegar al 850 y sintió un subidón de adrenalina al poner la oreja en la puerta para escuchar lo que estuviera ocurriendo dentro.

—¡Cuidado! —gritó Hinata cuando se abrió la puerta y Neji se precipitó al interior del apartamento.

—Vaya, vaya, aquí tenemos a un Hyūga espiando por la cerradura —dijo Kabuto sonriendo de un modo que acentuaba sus facciones como una serpiente venenosa.

Pero no fueron sus gestos los que provocaron que a Neji se le subiera el corazón a la garganta. Fue la visión de Kabuto rodeando a Hinata por el cuello y apuntándole con una pistola en la cabeza.

—Suéltala, Kabuto —le ordenó Neji, que seguía todavía en el suelo.

—Soy yo el que da las órdenes, Hyūga, no tú —respondió Kabuto balanceando la pistola—. Pon las manos donde pueda verlas. Muy despacio.

Neji hizo lo que le pedía. Nunca antes se había enfrentado a un psicópata, pero supo por la mirada salvaje del otro hombre que Kabuto estaba a punto de perder completamente la cabeza.

—¿Por qué no bajas esa pistola y dejas que mi prima se marche? Así podremos hablar tú y yo. De hombre a hombre.

—A menos que lleves encima diez de los grandes no tenemos nada de qué hablar —aseguró Kabuto soltando una carcajada feroz, al tiempo que agarraba con más fuerza el cuello de Hinata.

—¡Suéltala! —gritó Neji avanzando hacia ellos.

—¡No, Neji!

Neji se dio la vuelta al escuchar la voz de Sakura y la vio entrar en el apartamento como una exhalación.

—Vaya, vaya —dijo entonces Kabuto con una expresión de maníaco dibujada en el rostro—. Pero si es mi querida hermana, que ha regresado de sus vacaciones. ¿Y qué es esto? —preguntó apuntándole el vientre con la pistola—. No me digas que la pequeña santurrona de Cherry Maiden se ha quedado embarazada…

—¿Por qué haces esto, Kabuto? —preguntó Sakura dando un paso hacia él.

—¿Por qué crees tú que lo hago? —respondió Kabuto soltando otra espantosa carcajada—. Por dinero, por supuesto.

—¿Por el dinero del rescate?

—Pero mira que eres idiota —aseguró con desprecio infinito—. No puedo entender que la abuela te escogiera a ti para dirigir la heladería. Por supuesto que lo he hecho por el dinero del rescate. A mi modo de ver me lo deben por la manera en que me han tratado todos estos años. Todo sería mío, si no fuera por ti. Tus padres me lo habrían dado todo si no hubieras nacido. ¡Tu llegaste y me lo arrebataste todo! Yo no era más que el pobre infeliz que tus padres rescataron de la calle.

—Realmente nos odias —susurró Sakura con la voz rota—. ¿Por eso prendiste fuego a la fábrica?

—Tenía que borrar pistas, hermanita. No podía permitir que Ino, Shikamaru o cualquier otra persona descubriera que le estaba ofreciendo a Snowcream las recetas de Cherry Maiden.

—Pero podías haber matado a Ino —lo acusó Sakura.

—Es culpa suya que resultara herida. Se suponía que no tenía que estar allí. Estuvo a punto de estropearlo todo, así que tuve que improvisar —aseguró Kabuto, sonriendo con satisfacción—. Culpé a los Hyūga.

Eterna Pasión |Nejisaku| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora