Sakura se quedó sin habla durante unos instantes. Durante el tiempo que había transcurrido desde que conoció a Neji había descubierto en él un hombre con muchas caras. El hombre de negocios inteligente y ambicioso que había reunido su primer millón de dólares antes de cumplir los veinticinco. El hombre amable y cariñoso que quería a su familia tan intensamente como ella a la suya. El amante tierno y apasionado al que le había entregado su virginidad y su corazón. Pero nunca, ni siquiera cuando ella se negó a hacer pública su relación o a aceptar casarse con él, nunca había visto a Neji así, con aquella rabia que resultaba todavía más estremecedora porque estaba tratando de contenerla.Cada poro de su ser emanaba furia. Se notaba en las líneas que tenía alrededor de la boca y en la tirantez de los músculos de la barbilla. A pesar del jersey y del calor cálido, Sakura se estremeció ante aquella mirada heladora. No tenía miedo de que Neji la agrediera físicamente. Sabía que él preferiría quemar sus manos antes que hacer daño a una mujer. Pero la rabia que expresaban sus ojos la tenía paralizada.
—Es una pregunta muy sencilla, Sakura. Me gustaría que me respondieras.
Ella cerró los ojos, se abrazó a sí misma y trató de tranquilizarse, al tiempo que buscaba las palabras apropiadas.
—Mírame, Sakura —ordenó Neji con voz suave pero firme—. ¿Ibas a contarme lo del bebé? ¿O pensabas que no merecía saber que iba a ser padre?
—Por supuesto que lo mereces —respondió ella abriendo los ojos y obligándose a mirarlo de frente—. Iba a contártelo.
—¿Cuándo? —insistió él—. ¿Cuándo naciera el niño? ¿Y qué ibas a hacer? ¿Mandarme una tarjeta para anunciarme el acontecimiento acompañada de una nota que dijera: «Por cierto, felicidades, tú eres el padre?».
La furia con la que pronunció aquellas palabras provocó en Sakura deseos de echarse a llorar, pero se obligó a sí misma a enfrentarse a su rabia. Después de todo, pensó, Neji tenía derecho a estar furioso con ella. Ella había tenido meses para hacerse a la idea de que iba a ser madre mientras que Neji… Neji había vivido ajeno a la noticia porque ella había guardado silencio.
—No, iba a contártelo antes de que naciera el bebé. Te juro que iba a hacerlo — aseguró deseando que la creyera—. No era mi intención ocultártelo, Neji. Hace meses que deseo decírtelo, casi desde el momento en que descubrí que estaba embarazada.
—Entonces, ¿por qué no lo hiciste? —preguntó él con la angustia reflejada en los ojos y en la voz—. ¡Maldita sea, Sakura! ¿Cómo pudiste estar entre mis brazos, hacer el amor conmigo, decirme que me querías y mantener en secreto una cosa así?
Sakura sintió lástima por él. Y por ella misma y todo el dolor por el que ambos habían pasado los últimos meses.
—No quería que fuera un secreto —repitió alzando una mano para acariciarle la mejilla—. Quería contártelo. Pero no sabía como hacerlo.
Aquellas palabras consiguieron que se le suavizara ligeramente la expresión de fiereza del rostro. Neji giró levemente la boca y le besó la palma de la mano. El corazón de Sakura se llenó de amor hacia él. Cielos, cuánto lo amaba. Se quedó mirando aquel rostro tan bello. La mandíbula firme, la barbilla orgullosa, las largas pestañas que protegían aquellos maravillosos ojos color perla… A la luz de la hoguera, su cabello castaño brillaba como un diamante recién pulido y Sakura tuvo que reprimir el deseo de peinar aquel mechón errante que caía sobre la frente.
—Lo siento —dijo cuando reunió fuerzas para hablar—. Nunca quise que te enteraras de lo del bebé de este modo. Yo confiaba en que… Tenía pensado…
—Shhh. Ahora no importa —la interrumpió Neji tomándola de la otra mano.
Sin dejar de mirarla a los ojos, se llevó sus dedos a los labios y volvió a besarlos.
ESTÁS LEYENDO
Eterna Pasión |Nejisaku| COMPLETA
FanfictionNada le impediría llevarse a casa a aquella mujer... y a su hijo. La había encontrado por fin en las montañas nevadas de Hokkaido. Y en los ojos de su amante huida, Neji Hyūga descubrió que ella todavía lo amaba, todavía lo deseaba. Y en su cuerpo d...