—Sólo tienes que decir que sí —la urgió Neji implorándole con aquellos ojos perla—. Dime que sí y buscaremos ahora mismo un juez de paz para que nos case. Luego regresaremos a Tokio y les contaremos la noticia a las familias.
Sakura se lo quedó mirando fijamente. Neji hacía que las cosas parecieran tan sencillas, tan fáciles… Lo amaba y deseaba con toda su alma decirle que sí y convertirse en su esposa. Pero aunque consiguiera milagrosamente convencer a su familia de que aceptara una boda entre ellos, no creía que los Hyūga se resignaran jamás a semejante unión. ¿Y qué pasaba con la maldición? Tal vez Neji tuviera razón y no fuera más que una estúpida superstición, pero ¿y si no fuera así?
—Lo siento Neji —respondió finalmente bajando los ojos.
Sakura dio un paso atrás. Necesitaba apartarse de él, reunir fuerzas de flaqueza y marcharse aunque estuviera deseando perderse entre sus brazos.
—No puedo casarme contigo.
—Sakura… —comenzó a decir Neji con la voz cargada de frustración.
—No —lo interrumpió ella suspirando—. He tomado una decisión y no voy a cambiar de opinión. Por favor, acéptalo. No quiero seguir discutiendo este asunto.
—¿Y qué pasa con el bebé? —preguntó él apretando los labios—. ¿Se supone que tengo que olvidarme de que el hijo que llevas en las entrañas es mío también?
—Sería lo mejor para todos —contestó Sakura tragando saliva—. Ya te he dicho que excepto Hinata y Tsunade nadie sabe de lo nuestro. Así que nadie tiene por qué enterarse de que eres el padre del niño.
—¡Pero lo sé yo! —espetó Neji furioso—. ¡Se trata de mi hijo, y no puedo fingir que no lo sea! ¡No me puedo creer lo que me estás pidiendo!
—Neji, por favor, no quise decir que…
—Entiendo perfectamente lo que has querido decir. Como nadie sabe que estabas saliendo conmigo, nadie sabrá que estás esperando un hijo mío.
—Pero no por las razones que tú piensas —aseguró Sakura alzando una mano para acariciarlo al darse cuenta del daño que le había hecho.
—No —respondió Neji apartándole la mano.
Se dio la vuelta para darle la espalda. Pero no antes de que Sakura tuviera la oportunidad de ver la rabia y el dolor dibujados en sus facciones. Ella no supo qué decir ni cómo atenuar la herida que había provocado al intentar razonar con él.
—Lo siento —dijo finalmente—. No pretendo ser cruel. Lo último que quiero es hacerte daño.
—Nadie lo diría.
—Neji, por favor, mírame al menos —le pidió con la esperanza de hacerle entrar en razón.
Pero cuando él se giró se dio cuenta de que la amargura que había escuchado en su tono de voz no se correspondía con la de su rostro. Desde que lo conocía nunca le había visto una expresión tan fría, tan distante. Sakura no podía culparlo por estar enfadado. No sólo se había arrojado a la cara su proposición de matrimonio, sino que además le había pedido que se olvidara de que era el padre de su hijo.
—Lo siento —dijo de nuevo, deseando que aquellas palabras no sonaran tan vacías—. Me doy cuenta de que es mucho pedir que te alejes del bebé.
—En eso tienes mucha razón.
—Pero te lo pido de todas maneras —continuó Sakura haciendo caso omiso de su sarcasmo—. Pienso sinceramente que es lo mejor para todos aunque ahora no lo veas así.
Neji guardó silencio y se limitó a seguir mirándola con frialdad.
—Te doy mi palabra de que cuidaré lo mejor que pueda de nuestro hijo y trataré de ser una buena madre —aseguró—. Y te prometo que algún día le contaré la verdad sobre ti. Él o ella sabrá cuánto lo deseabas. Entiendo que me odies por pedirte esto, pero te lo pido de todas formas. No, te lo suplico. Por favor, márchate por esa puerta y olvídame. Olvídate del niño. Olvida todo lo que ha pasado entre nosotros el último año.
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Eterna Pasión |Nejisaku| COMPLETA
Fiksi PenggemarNada le impediría llevarse a casa a aquella mujer... y a su hijo. La había encontrado por fin en las montañas nevadas de Hokkaido. Y en los ojos de su amante huida, Neji Hyūga descubrió que ella todavía lo amaba, todavía lo deseaba. Y en su cuerpo d...