Kurenai tenía razón. El baño de agua caliente la había ayudado a relajarse, pensó Sakura saliendo del cuarto de baño que estaba dentro de su habitación. También había servido que los Sarutobi aceptaran sin rencor sus excusas por su forma de salir antes del comedor. Kurenai le había asegurado que no tenía de qué preocuparse, que comprendían la presión a la que estaba sometida, pero ella no podía evitar sentirse avergonzada de su comportamiento.
Era la directora de un negocio próspero. Se había enfrentado a cientos de problemas desde que se hizo con el control de la heladería familiar. Y lo había hecho con calma. Su familia aseguraba que no sólo era la viva imagen de la abuela Saori, sino que además poseía la misma sangre fría y la misma capacidad de decisión que la fundadora de CM.
Pero, ¿dónde estaba ahora aquella mujer resolutiva de sangre fría? ¿Desde cuándo se había convertido en un ser tan emotivo? Una voz interior le susurró: «Desde que te enamoraste de Neji». Sakura suspiró. Cuando volvió a bajar ya se había marchado, así que aquella noche se había librado de enfrentarse de nuevo a él, pero sabía que tendría que volver a hacerlo. También tendría que enfrentarse a la situación en la que los había puesto el bebé, y tenía que hacerlo enseguida.
Se llevó la mano al vientre y lo acarició con suavidad. Lo que necesitaba era dormir una noche de un tirón, pensó. Tal vez por la mañana se encontraría mejor y podría tomar la decisión más adecuada para todos. Se quitó la bata y se colocó a los pies de la cama. Se encaramó a ella, apagó la luz y se arropó con las sábanas. Cerró los ojos y trató de dormir. Pero durante los siguientes veinte minutos sólo fue capaz de dar vueltas en la cama. En su cabeza sólo aparecían imágenes de su familia y de Neji.
Sakura se rindió, se sentó en la cama y encendió la luz. Miró de reojo a la mesilla de noche, donde estaba el teléfono. Si pudiera hablar con Tsunade, ella era una de las amistades más allegadas a su familia y a pesar de su carácter fuerte y ruidoso, Tsunade siempre fue una de las más grandes confidentes que tenía, y la única a excepción de Hinata, que conocía de su clandestina relación. Para Sakura, Tsunade era como una segunda madre, su inspiración y la causante de forjar su carácter y haberle enseñado todo lo que sabía de negocios, tal vez no se sentiría tan sola ni tan cansada, pensó. Miró el reloj. Eran las diez en punto, observó con disgusto. Era demasiado tarde para llamarla. En Tokio era más de medianoche.
Sakura se sintió atravesada por una oleada de tristeza con la fuerza de un huracán que la hizo sentirse todavía más triste y sola. Miró de nuevo hacia el teléfono y a pesar de la hora marcó el número de Tsunade.
La rubia contestó al tercer timbrazo.
—¿Diga?
—Hola, Tsunade. Soy Sakura.
—¡Sakura! —exclamó al otro lado de la línea—. Niña, debes ser adivina. Justo ahora le estaba diciendo a Jiraiya que necesitaba hablar contigo. Tenía pensado llamarte por la mañana.
—Lo siento, no debí llamar a estas horas —aseguró Sakura arrepintiéndose por haber telefoneado—. No es nada importante. Será mejor que te llame en otro momento.
—Sakura, no te atrevas a colgar —le ordenó Tsunade—. Te he dicho que yo también quería hablar contigo.
—¿Seguro que no los he pillado en un mal momento? —insistió la joven dudando.
—En absoluto —la tranquilizó su mentora—. Estábamos sentados en la cama peleándonos por algo sin importancia.
—Estábamos pensando en nombres para el niño —gritó Jiraiya.
Sakura sonrió al escuchar la voz de la pareja de Tsunade. Se imaginaba que a estas alturas su mentora ya le habría dicho a su esposo sobre el bebé que ella y Neji esperaban, aunque no se preocupo, Jiraiya podría ser ruidoso e infantil en algunas ocasiones, pero era alguien de fiar y tenía depositado en él toda su confianza. Es un buen hombre, aunque al principio Tsunade había mantenido las distancias con él porque tenía miedo de que fuera demasiado para ella sostener una relación más que amistosa.
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Eterna Pasión |Nejisaku| COMPLETA
FanfictionNada le impediría llevarse a casa a aquella mujer... y a su hijo. La había encontrado por fin en las montañas nevadas de Hokkaido. Y en los ojos de su amante huida, Neji Hyūga descubrió que ella todavía lo amaba, todavía lo deseaba. Y en su cuerpo d...