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conocen esa mala sensación de nacer en medio de una guerra y ser un huérfano a tan temprana edad?, Pues yo la he vivido en carne propia, pasar días sin comer ni beber agua limpia, no poder estar siempre aseado pero tener las manos limpias de culpa, querer siempre estar en un lugar seguro por miedo a ser asesinado... Esas son tan solo unas de esas sensaciones, pero vivir para ayudar a otros era lo mejor que podía hacer, dar de mi comida y de beber a alguien que lo necesitaba mucho más que yo, prestar una ayuda necesaria que en verdad valga la pena, ayudar sabiendo que muchos no dan... Pero era dar y no recibir...
Entre algunos viejos y abandonados callejones, sabía arreglarme entre las ruinas para conseguir de todo, pero no estaba sólo... Jamás lo estaría... Siempre había un mendigo con quién contar, y los más adinerados solo daban un aporte con las migajas de sus comidas, una población sin dinero es más comprensiva y ayuda más que una millonaria...

-pequeño jimin travieso! -una voz masculina llena de gracia atrapó y planto la voz de respuesta del rubio en un sincero y pequeño abrazo que lo lleno de risa- a donde creés que vas sin mí, eh? -pregunto con falsa indignación haciendo reir mucho al rubio-

-estoy buscando algo, no te atrevas a detenerme -le dedicó un pequeño arrugue de naríz y se alejó mientras daba pequeños saltos-

-claro que te voy a detener, y no te atrevas a faltarle el respeto a tus mayores, en especial a mí -lo señaló regañando sus palabras-

-ya, ya... Perdón -continuo su caminata teniendo de sombra al pelinegro quién se hiba a asegurar que nada le pasara a jimin-

-a donde piensas ir? -pregunto metiendo sus manos en sus bolsillos y se encogió lentamente de hombros-

-si pudiera irme del país lo haría, pero ya que la pobreza me esta bañando -bromeo con un pequeño semblante triste, su propia broma le dolió un poco- busco algo que nos sirva para comer...

-en un callejón sucio y abandonado? -pregunto a lo que llamó la atención de jimin quién le dedicó una mirada efusiva-

-vivimos en las calles jungkook, no insultes el único lugar que te acogió... -expresó algo molesto llevándose la mirada sorprendida del pelinegro-

-y-yo... Perdón, no quise decir eso... -su mirada bajo directamente al suelo durante un par de metros mientras seguía a jimin-

Y fue ése delicioso olor que intensificó sus sentidos, ambos se asomaron rápidamente en una esquina y vieron al panadero del pueblo con su carrito vendiendo sus deliciosos y aromáticos panes de trigo, jimin rebuscó en sus bolsillos alguna moneda que alcanzara para un pan y se sintió molesto al no sentir ninguna, aunque su palma fue abierta y alguien dejo una moneda sobre ella, sabía quién era, siempre contaba con la ayuda de un bondadoso chico de pelo negro que antes estuvo en los zapatos de ser un millonario... Jimin no pudo evitar mirar de reojo al pelinegro y casi saltar a sus brazos, le agradeció desde sus más adentros y corrió hasta el carrito dejando a jungkook con una boba sonrisa, jimin no había tardado en regresar con una pan lo suficientemente grande para tres personas y alcanzar el paso del pelinegro quién avanzó lentamente mientras esperaba a Jimin.

-esto es delicioso, en verdad que debo aprender como robar trigo y hacer pan -bromeo, aunque no pudo evitar reir cuando su amigo lo miró entre sorprendido y agraciado- qué?... -pregunto con una cómica sonrisa impregnada en su boca-

-eres un diablillo, lo sabías?
-pregunto encarnando una ceja mientras veía a jimin comer-

-se que lo soy... -miro a su pan y regreso su vista a jungkook y sintió algo de culpa, culpa que borró su sonrisa-

Él se había molestado en darle esa moneda y el nisiquiera le dió de probar el pan, se dió cuenta de ese error y sintió una gigantesca culpa, miro a su pan unos segundos y se dedicó a partirle la mitad al pelinegro y agradecido se la regalo, pero jungkook se sintió extrañado por eso

𝖂𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖈𝖎𝖗𝖈𝖚𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora