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—J-jungkook, espera —intento detenerlo, no se sentía bien con lo que hacía—

—no tengo porque esperar, no me conviene —dijo para morder su cuello dejando una pequeña marca de su cometido— eres mío, puedo hacer lo que quiera contigo.

—no, jungkook, basta —se apartó de él bastante molesto— éso no va a ocurrir, no otra vez

Después de su molestia salió de aquél cuarto dejando a jungkook sentado en su mismo lugar, lo último que jimin pudo ver fue la extrañeza en sus ojos, se sentía confundido por su inesperada reacción de rechazo, salió a tomar el aire que esta carcel le permitía, el escenario era talvez el único lugar.

Tenía cientos de cosas que hablar con su mejor amigo, pero por donde tenía que comenzar? no sabían como salir de aquí y las posibilidades eran casi nulas, estaban en el mismo espacio que el maestro quién era su demonio más grande y mayor problema al igual que la situación se estaba saliendo de control, sólo quería llorar, llorar siendo abrazado por jungkook pero no contaba del todo con él ahora mientras su único pensamiento fuera sexo, se estaba frustrando...

—jimin, que haces aquí?

Aquella voz llamó su atención, era Yoongi quién lo había visto sufriendo deliberante un ataque de preocupación.

—oh no lo se... Talvez porque un puto hombre mando a secuestrarme a mí y a jungkook, parezco que me arañó un gato, tengo que lidiar con la mentalidad de mi mejor amigo que se está volviendo más salvaje sin la libertad a medida que pasa el tiempo, están intentando llevarme con "mi dueño" y para el colmo! Maldita sea el conejo tiene ganas de cojer —espetó alterado dejando a Yoongi atento y pensando en su lugar—

—el conejo quiere cojer? —de todo lo que le dijo lo último le interesó más—

—exactamente, y conmigo dado el caso —desordeno su cabello frustrado buscando calmarse un poco—

—y éso es bueno o-

—por Dios Yoongi, se te olvida que jungkook es sexópata, una vez que comienza le tomará horas o hasta días pasar la calentura y créeme jungkook con ganas de cojer es una maldición para mí —se quejó mirando al pelinegro—

—acaso lo hace contigo?

—tú que creés yoon, soy la única persona que está encima de él las 24 horas del día cuidando que no haga ningúna estupidez —comentó— y el muy cabrón dice no estar listo para tener una relación conmigo, así que no voy a permitir que ésto siga, porque no sé a donde va a parar la situación.

—a que posiblemente logres que acepte de que le gustas, no piensas?
—jimin lo miró de manera cansada— si a tí te gusta él, porque éso debo suponer o no me lo hubieras dicho así, deberías tratar de indagar mucho más en su terreno y buscar que te abra las puertas de su seguridad, debes pensar y después actuar jimin, porque una persona como él es impredecible y mucho más con lo que lo atormenta, jamás sabrás que hará mientras estés tú aquí hablando conmigo...

Yoongi tenía razón, actuaba como si se le olvidara quien es jungkook, el siempre lo necesitaba para cualquier cosa y cuando estaba harto lo ignoraba, pero no se daba cuenta del daño que podría provocarle padeciendo tantas enfermedades y transtornos, se despidió del pelinegro y se dignó a regresar al cuarto, tenía que hablar con jungkook hasta hacerlo aceptar las cosas y saber a donde debía parar todo ésto.

Cuando entró lo vió recostado de lado en el colchón, parecía tranquilo a pesar de no serlo siempre, cerró con cuidado la puerta intentando no llamar su atención, pero siempre tenía que fracasar porque el tenía algún tipo de instinto que le decía cuando estaba cerca, por eso se lo tomó de sorpresa cuando se volvió a verle

𝖂𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖈𝖎𝖗𝖈𝖚𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora