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Durante la extensa mañana que parecía interminable, jimin estaba muy tranquilo hasta ahora mientras veía atentamente a los acróbatas surcando los aires dando volteretas y usando el columpio, a su lado estaba jungkook quién solo miraba una pequeña hoja seca que recogió del suelo entre sus manos, estaba más entretenido con éso, pero eso que hacía no le impidió mirar a su lado y ver a jimin, se veía realmente precioso mirando atentamente las cosas, se perdía en su propio mundo cuando se disponía a darle su atención hasta el punto de no saber ni recordar su propio nombre, amaba todo a su manera, pero no quería que el se acostumbrará a este lugar

—Jimin-ah... —el nombrado rápidamente dió su atención al él, cosa que lo hizo sentir ciertamente amado, a su modo— no me gusta mucho este lugar...

—a mi tampoco si te soy sincero
—murmuró mirando fijamente aquellos ojos negros que se veían preocupados, lo notaba fácilmente, no pudo evitar meterse entre sus piernas y recostarse sobre su pecho dejando su cabeza en una perfecta posición donde podía oír sus palabras y sus cálidos latidos— encontraremos la manera de poder irnos de aquí y regresar a donde realmente pertenecemos

—a corea...

—maldito el día en que conocí a ese patán que me trajo a Bélgica para que me mantuviera a duras penas teniendo una vida de maravillas en corea —expresó con rabia en un murmuro—

—yo de igual modo terminaría aquí... Te recuerdo que vine aquí por culpa del egoísmo de mi padre, el muy idiota tuvo el valor de dejar a su único progenitor en las calles de bélgica cuidando a un pequeño amor de persona, pero aún así espero que en éstos momentos se esté retorciendo postrado en una cama del dolor —se notaba en su voz lo rencoroso que era con las personas que llegaban a hacer mal en su vida, le tenía rabia al mundo entero, excepto a su jimin que era la otra cara de su moneda apaciguante—

—calma tus humos conejito, recuerda que me va mal a mí las veces que te da un ataque de rabia con bastante rencor incluído —acarició levemente su pecho calmado un poco al mayor—

—lo sé, perdón...

—no es nada

—hey par de tortolitos! Suelten un rato a su amorío, te hablo específicamente a tí jungkook, que pareciera que te fueras a fundir con jimin —jin gritó un poco atemorizado pero sus facciones descubrían su encanto por el inusual cariño de ambos chicos—

—que pasa jinnie? —preguntó jimin separándose un poco de jungkook a lo que él lo miró un poco entristecido, miró con rareza el como el personal del circo se subían al escenario y hacían una fila horizontal—

—será mejor que se preparen para sentir el terror en persona, tomen un lugar en la fila, y escojan bien porque lo seguirá siendo posiblemente por el resto de sus vidas, no se muevan, no hablen y ni siquiera respiren —tomó su respectivo lugar en la fila y se quedó totalmente quieto y en silencio—

—J-jimin, que pasá? —murmuró un poco asustado por lo que pasaba, siguió la acción de jimin de levantarse y unirse a la fila rápidamente, se quedaron justamente en medio de ella  estando entre Namjoon y Yoongi—

—no lo sé kook, pero no me gusta lo que está pasando —se apegó al cuerpo del mayor buscando un poco de calma, temía que su gran pesadilla se hiciera realidad—

¡Todos muestren respeto ante el maestro del circo!

Jimin quedó estático en su lugar, maldito sea el día en que decidió mirar lo que este tétrico circo ocultaba tras su carpa, lo estaba viendo en persona, a aquel cruel ser que conducía un circo de esclavitud para ganar millones en cada función con un fino bastón en su mano derecha y su pulcro traje, sus manos temblaban del miedo, aquella vieja y oscura mirada recayó en él, se aterró en su lugar y con fuerza apretaba la ropa de jungkook, se quería hacer pequeño e invisible para él, sus pasos sobre la grava resonaban en sus oídos y una alerta en su cabeza se hizo presente, se abrazó de jungkook con fuerza sintiendo sus ojos picar por las lágrimas que amenazaban con salir

tengan todos buenos días...

No eran tan buenos, el sepulcral silencio lo demostraba

—quiero felicitarles por su... inmejorable show, pero eso no quiere decir que algo cambiara, yo sólo seré el bueno de esta historia por hoy... Y ya parece que han conocido a sus dos nuevos compañeros, tengan éso en cuenta como un regalo por su buen trabajo, sin duda nos hacía mucha falta... Dos bailarines acróbatas después del desafortunado accidente —miró a sus nuevos juguetes con liderazgo y seriedad haciendo estremecer al menor de ambos—

Jungkook estaba muerto de la rabia

Esa mirada, la conocía...

Tan oscura como la noche, demostraba una aura aterradora y sentías como todo tu estómago se revolvía, sintiendo el efecto maltratante de la mirada asesina perfecta, ella era su miedo, ella fue su dolor


Podrías arrepentirte...

Espero con ansias no hacerlo

𝖂𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖈𝖎𝖗𝖈𝖚𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora