Kiara no dijo una sola palabra desde la salida del centro hasta llegar al coche. Su padre la rodeaba con el brazo alegrándose de verla después de aquel mes y ella no se lo impidió. Es más, se controló a sí misma más de lo que jamás habría pensado que podría hacer y contestó amablemente a todo lo que preguntaba. Dijo que se encontraba mucho mejor, que ahora estaba tranquila y que echaba de menos su cama. Esto último lo añadió poniendo cara de perrito abandonado. No sabía por qué Rhett la había sacado del centro pero tenía miedo de que volviese a ingresarla. La única forma de que eso no ocurriese era mediante el chantaje emocional.
-He hablado con el doctor y dice que estás serena, que puedes mantener una conversación normal.
-Siempre he podido hacerlo — contestó.
-No, no podías, Kiara.
Estaba sentada en la parte de atrás con su padre. Conducía un hombre alto con gafas que no había visto nunca y al lado estaba uno de los socios de la Familia. No quiso replicar.
-¿Voy a tener que volver?
-¿Tú quieres?
Kiara negó y se quedaron en silencio unos minutos. Después él carraspeó.
-Mañana tenemos que asistir a un evento en Boston.
-¿Qué clase de evento?
Kiara no recordaba haber asistido a nada nunca con su padre a pesar de que él tenía bastantes compromisos. Ni cenas, ni reuniones, ni convenciones, nada. No pudo evitar sentir algo de curiosidad.
-¿Qué clase de evento — repitió.
-Una boda.
-Entonces no es un evento, es una boda — Kiara sonrió y él también lo hizo.
Tenía que conseguir como fuese no volver al centro. Iba a volverse loca si volvía. Allí las horas pasaban realmente lentas y no había nada para hacer. Le habría encantado que fuese uno de esos manicomios en los que se maltrataba a la gente y ocurrían cosas bizarras. Pero, a excepción de la sopa de verduras de los martes, no había nada fuera de lo común.
-¿Quién se casa? - preguntó.
-Marina Wolf y Richard Frey. No los conoces.
-¿Son de alguna Familia?
-Ella lo es. De los Wolf de la costa Este.
-Nunca había oído hablar de ellos.
Rhett no contestó y continuó mirando por la ventanilla. Le dio un par de indicaciones al chófer y empezaron a hablar sobre cierto cargamento del norte. Kiara se sentía algo incómoda. ¿Irían los Capobianco a la boda? Lo creía poco probable. Si eso fuese a pasar ella, por supuesto, no estaría presente.
-No tengo nada que ponerme.
Rhett paró de hablar y pareció percatarse de su presencia.
-Ahora vamos al centro. Puedes comprar lo que quieras.
-Y me gustaría pasar por alguna peluquería también.
-¿Por qué? ¿Le pasa algo a tu pelo?
Kiara tomó las puntas y las miró.
-Ya no me gusta el pelo largo. Quiero cortarlo.
-Ah.
Como era de esperar, Rhett no la dejó sola un solo momento. No directamente. Él tenía que atender un par de asuntos así que la dejó a cargo de un par de sus hombres que no se separaron de ella. Era algo extraño ir a comprar con ellos detrás, así que al final Kiara optó por entrar a Dior y allí la atendieron sin hacer preguntas. La verdad es que aquellos dos tipos daban algo de miedo y comprendía que las dependientas la miraran con incomodidad. Hubo una incluso que llamó a seguridad. Pero en Dior no hacían preguntas ni la miraban rara. La trataban como a una verdadera princesa. Escogió un vestido azul oscuro y desmangado tras hacer varias preguntas sobre varios vestidos a las que los guardaespaldas contestaron con más sinceridad de la que le habría gustado.
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Éxtasis (Saga Adrenalina II)
Aksi"Hasta un perro sabe proteger a los suyos." Kiara ya no es Kiara. No al menos Capaldi. Tras la muerte de su hermano Liam y la reciente y amarga noticia de que es adoptada, lo único que puede hacer es preguntarse cuál es su camino. Ya no puede confia...