ALEX TURNER

8.2K 99 2
                                    

Todo comienza después de que el mundo se viera afectado por una amenaza desconocida, el gobierno estaba preocupado por la seguridad de todos, tras haber hecho otra ciudad con la gente que había sobrevivido a los ataques, se decidió separar a los hombres y a las mujeres, claro si tenías familia podías ir a otra sección pero en caso de que no te separaban. Lo bueno es que casi siempre habían más problemas en la sección de los hombres pero lo bueno es que tres veces a la semana podías ir a un lugar donde podías convivir con el sexo opuesto.

Hoy en la noche mis amigas me habían retado a escabullirme de contrabando a la sección de hombres, ¿Cómo lo haría? pues con la ayuda de una amiga que cruzó hace años y por supuesto no salió sin su domingo siete, yo iría por estúpida y por la curiosidad de como era la ciudad de los hombres. Me dieron el mapa y un walkie talkie, y así comenzó mi misión.

El chiste era traer algo de ese lado y regresar la misma noche, ya que si los guardias te encuentran de ese lado, jamás podrás pasar de nuevo a conocer hombres y eso no es bueno idea.  Camine hasta el muro de seguridad y sin que notaran mi presencia logré encontrar el hueco que me dijeron, me metí sigilosamente, tuve que cruzar una cerca y muchas otras cosas hasta que al fin llegué al otro lado, para mi desgracia, mientras caminaba los guardias patrullaban cerca de mi y sin otra opción me metí por una ventana abierta. Eso estuvo cerca, mientras mis ojos se adaptaban a la oscuridad del lugar, pude ver como la luz de la luna iluminaba un sillón, en este había un hombre durmiendo plácidamente. 

Decidí pasar lentamente para no despertarlo aunque este hombre era realmente sexy pero no podía detenerme y que me reportaran, así que caminé un poco hacía otra ventana del lugar pero cuando estaba por abrir la cortina aquel hombre se encontraba atrás de mi.

-¿Qué mierda haces aquí?

No puede ser, esto es terrible. Con miedo me dí la vuelta hasta verlo y demonios, se veía mejor de cerca pero no había tiempo para pensar de manera caliente.

-Yo...

Y sin más lo tomé de aquella playera de tirantes blanca para besarle, él al principio no siguió el beso pero después me tomó de las caderas y me acercó más a su varonil cuerpo. Lo solté cuando me estaba quedando sin aire y ahí vi sus ojos, se notaba el deseo sexual y rayos yo también quería que me tomara, me quedé sorprendida cuando me cargó y mi única reacción fue envolver mis piernas en su cintura mientras que me llevaba al sillón. Ahí me acostó en cual su mirada parecía desnudarme con la mirada, la mejor sensación que había sentido después de que el mundo se fuera al carajo.

-No vayas a hacer ruido linda, no querrás que nos cachen

Después de decirme eso inmediatamente atacó mi cuello, besándolo y succionandolo, mis piernas empezaron a temblar y de mi boca salían pequeños jadeos, las manos de él empezaron a quitar mi camisa hasta que dejó de torturar mi cuello para ahora abrir con desespero y encontrar mis pechos aún con el sostén puesto, me agradecí mentalmente por haber traído un conjunto decente de ropa interior. 

Ahí estaba yo, sonrojada y expuesta a este hombre que apenas conocí, soy una loca por hacer esto. Sus manos quitaron mi sostén para después ver mis pechos detalladamente y lentamente acercar su boca a mis pezones,lo cual rápidamente empezó a lamer, me sentía tan bien que ya me encontraba mojada, parecía que crearía un rio. Solté un ligero grito cuando sentí como hacía un chupetón, espero que no quede tan mal después de esto.

-Veo que eres muy sensible al tacto, me gusta.

Puta madre, no podía esperar más, ahora tomé las riendas del asunto, con rapidez me subí en su regazo, noté su cara de sorpresa pero no dejé que hiciera más porque lo volví a besar, mis manos subieron a su pecho y lentamente bajaban a su pantalón, quitando el primer botón para después bajar el cierre. Él notó mi desesperación y me volvió a poner abajo de él, quitó su playera al igual que sus pantalones, quedando en ropa interior. Claro no me quedé atrás y yo igual solo me encontraba en bragas. Se acercó a mi abdomen para dejar un camino de besos ardientes, hasta llegar a mi zona donde respiraba fuertemente y sobre la tela lamió.

-Dios- solté-

Su mirada se cruzó con la mía y con sus fuertes brazos me acercó a su cintura, donde pude sentir su miembro totalmente duro, se movía sobre mi intimidad torturándome, hasta que al fin llegaba el mejor momento. Bajó su boxer para quedar justo como llegó al mundo, de ahí quitó mis bragas y lentamente metió su miembro a mi interior. Solté un gemido que fue callado por la mano de él.

-Shh

Sus embestidas eran mas fuertes que las anteriores, tomó mis caderas para profundizar sus movimientos, sentía tanto placer que explotaría, él soltaba jadeos y uno que otro gemido, era música para mis oídos, este hombre es jodidamente guapo, el sudor mojó su cabello y con una mano le hizo hacia atrás, el sonido sucio de nuestras pieles chocar en toda la habitación.


6:30 a.m.

Desperté por la luz del sol que me lastimaba los ojos, mientras recuperaba la vista lentamente vi que estaba al lado de él, quien dormía plácidamente, realmente se veía tierno pero no era momento para eso, dejé a las chicas preocupadas, quité su brazo de mi cintura y con mucha precaución me levanté, me vestí y antes de irme me llevé su ropa interior, lo que haría el reto cumplido aunque no debió ser así pero ya que le puedo hacer, miré la mesa y vi su identificación... Mierda.

Alex Turner, 25 años, puesto: Comandante de las fuerzas armadas.

Me había metido con alguien de alto rango.

-¿No te vas a despedir hermosa?

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora