JARED LETO

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Estaba viendo todo irse al carajo, hace poco un barco de piratas nos había visto y estaban decididos a matarnos o secuestrarnos, mis amigas estaban nadando hacia el sur mientras que algunas chicas lanzaban fuego al barco para que las demás pudiéramos irnos, sin pensarlo nadé sin  mirar atrás, mi aleta me dolía demasiado, nadar durante 5 horas me estaba matando, por suerte ya me había alejado del barco y lo mejor es que había una isla al parecer desierta, con las ultimas fuerzas llegué a la arena y del cansancio me quedé dormida.

Me desperté en una habitación muy linda y grande, mi cabello se había vuelto negro y estaba completamente seca y desnuda, al parecer tendría que ocupar mis piernas humanas, con una sabana me cubrí y caminé a la puerta de la habitación, la abrí poco a poco para que mis ojos se adaptaran a la luz del lugar. Salí temerosa y lentamente investigué mi alrededor, un hermoso candelabro colgaba del techo, bajé unas escaleras y seguía sin ver a alguien, estaba oscuro y la luz que entraba por las ventanas era por los relámpagos de una tormenta, una luz salía de una habitación, me dirigí a este y me asomé para ver si había alguien, pero nada, era solo un despacho, entré para revisar y de la silla del escritorio salió un hombre alto de ojos azules, pelo corto color castaño oscuro, vestía solo una camisa de trapo y unos pantalones cafés.

-Me presento, soy Jared.

Ni dije nada, sabía hablar su idioma pero estaba muy nerviosa.

-Estabas en la playa totalmente desnuda, te traje a mi casa para que pudieras recuperarte, parecía que ibas a morir.

Él decía la verdad, podía confiar en este humano.

-Muchas gracias

Jared me miró de arriba a abajo y sonrió.

-Necesitas un vestido, no querrás solo vestir una delgada sabana.

Yo solo asentí y me llevó devuelta a la habitación de antes solo que en las escaleras casi caigo, mis piernas estaban débiles puesto que casi nunca las utilizaba. Así él me cargó hasta la cama, se metió a otro cuarto de ahí mismo y sacó una tela de color verde, me la dio y salió de la habitación. Era muy fácil de poner así que no tardé en salir, él volteo a verme.

-Te queda muy lindo, ven conmigo a la cocina, supongo tienes hambre.

Tomó mi mano y me llevó a otro lugar pero mucho más grande y caliente, había fuego. Rápidamente me puse detrás de él.

-¿Qué sucede?-preocupado-

Señalé las ardientes llamas y Jared me dijo:

-Tranquila, no nos pasará nada, estas a salvo

Mente de Jared:

Esta hermosa chica parece haber pasado cosas horribles, le teme al fuego... supongo que quemaron el barco donde viajaba y terminó en la playa.

Jared tomó algunas cosas y las puso en la mesa, me senté y comí cosas muy deliciosas, en el mar solo comíamos peces y algunas alga. Terminé de comer y me llevó a dormir, diciéndome que mañana llegaría gente porque tenía una fiesta.

A la mañana siguiente los rayos del sol irrumpieron mi sueño, me estiré en la enorme cama mientras que tocaron mi puerta.

-Pase...

Una señora entró y me miró con una sonrisa en el rostro.

-Madame permitirme arreglarla para la fiesta de la media tarde.

La miré curiosa y asentí. La señora me levantó y me metió a una cosa con agua, olía muy rico pero el sabor del agua era horrible.

-Oh señora mía, el agua sabe mal por las hierbas aromáticas y el jabón.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora