𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 05

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Las cubiertas se vaciaron lentamente. Ahora que habían dejado el puerto no había razón para quedarse afuera cuando podían divertirse y disfrutar en las muchas excelentes instalaciones que el Titanic tenía para ofrecer, o incluso relajarse en sus habitaciones. 

En el caso de Jack, Sarah y Fabrizio, primero tenían que encontrar su habitación.

Se abrieron paso por varios pasillos estrechos, flanqueados por puertas a los alojamientos temporales a ambos lados. Estaban teniendo dificultades para encontrar su habitación con toda la confusión a su alrededor. Los padres luchaban por vigilar a sus hijos mientras deambulaban por el gran laberinto de interminables pasillos, y los inmigrantes de todas partes se paraban impotentes ante cada letrero en los pasillos, tratando de descifrar lo que decían de sus diccionario de bolsillo.

A Jack no le preocupaba que Fabrizio se perdiera entre la multitud, sabía que podría alcanzarlos fácilmente. Su principal preocupación era Sarah. Ella era solo una niña y que un solo inmigrante la empujara podría terminar siendo arrastrada por accidente lejos de él y Fabrizio.

-Quédate cerca de mí, Sarah- dijo Jack mientras tomaba su mano y comenzaba a arrastrarla por uno de los pasillos con Fabrizio siguiéndolos -. Parece que es fácil perderse entre esta multitud

-Está bien Jack- dijo ella, asintiendo mientras agarraba su muñeca con más fuerza para no perderla. 

-Muy bien, vamos a poner reglas- dijo Jack deteniéndose, Sarah y Fabrizio también se detienen-. Sarah, por ningún motivo te apartes de mi, solo te alejaras hasta donde yo pueda verte, no mas- Sarah asiente-, si tengo que alejarme te quedaras con Fabrizio y me esperaras con él- ella y Fabrizio asienten-, sobre todo, no te quedaras sola en nuestra habitación, no sabemos con quienes tengamos que compartir, no quiero arriesgarme de que si son puros hombres uno de ellos te lastimen ¿Entendido?

-Si- asintiendo con la cabeza

-¿Fabrizio?- viéndolo.

-Sabes que no permitiría que lastimaran la mia bella sorellina- dijo Fabrizio revolviendo el cabello de Sarah

-¡Hey!- Sarah se queja.

Jack asiente, solamente confiaba en Fabrizio para cuidar de su hermana, pero aun así no le gustaba dejarla sola por mucho tiempo, o que se alejara de él ya que sentía que un parpadeo ella desaparecería.

Reanudaron la búsqueda de su habitación, Jack dirigió su atención a los números de las habitaciones en las puertas.

-360... 360... oh, disculpe- dijo Jack mientras doblaban una esquina y se topaban con una pequeña familia noruega. Fabrizio hizo una pausa y se dio la vuelta para sonreírle a la hija -Ah, aquí es- dijo, abriendo la puerta. 

-Ven Fabrizio- dijo Sarah entrando con su hermano.

Los tres entraron.

Su habitación era más un cubículo pequeño que una habitación habitable real. Estaba recién pintado de blanco esmaltado y amueblado con sencillez. En el rincón más alejado había un espejo que llegaba hasta el suelo, dos juegos de literas de acero y una mesita de noche individual. También había una bombilla desnuda colgando del techo. Al igual que las personas a las que les habían ganado las entradas, los dos hombres que ya estaban dentro también eran suecos y los miraron desconcertados cuando entraron.

-¿Como están?- preguntó Jack, caminando hacia ellos con Sarah, quien se escondió tras él, mientras Fabrizio tiraba sus maletas sobre la cama -Soy Jack, mucho gusto. Jack Dawson y ella es mi hermana Sarah- él la empujó ligeramente hacia adelante para que pudiera presentarse.

-Ho-hola- dijo tímidamente. 

Jack le tendió la mano a uno de los suecos para darle la mano. Mirándolos como si fuera un pasajero de primera clase, lo sacudió vacilante.

𝗧𝗶𝘁𝗮𝗻𝗶𝗰 - 𝗦𝗮𝗿𝗮𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora