Capítulo 01

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Una chica castaña se encontraba durmiendo entre la comodidad de su cama, la luz del sol que se filtraba por su ventana le daba a su cara. En eso se escucharon los ruidos de algunos pasos, la puerta se abre silenciosamente dejando que se viera la silueta de una mujer castaña ya mayor de edad, a su lado un hombre de cabello castaño y barba. Detrás de ellos un niño castaño de ojos verdes y otro ya más grande de cabello castaño y ojos cafés.

La familia entro silenciosamente a la habitación de su hija para cantarle el 'Feliz Cumpleaños'. La madre traía en sus manos un pequeño cupcake de fresa, con una vela encendida.

—A la cuenta de tres cantamos la canción- hablo el hombre ahora de nombre Manuel, la familia asintió de acuerdo con el—. Uno... —empezó a contar—. Dos... Tres.

—¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querida ____, feliz cumpleaños a ti! —____ abrió los ojos cuando escucho el canto de su familia despertándola, sentándose en su cama, se talló los ojos—. ¡Feliz cumpleaños! —gritaron todos.

Ella los vio con una sonrisa en su cara ante el lindo gesto de ellos. Se paró de su cama poniéndose sus pantuflas de corderito para así acercarse a su familia.

—No tuvieron que hacerlo —hablo, aunque se podía notar el tono de felicidad.

—¡Claro que teníamos! —gritó la mujer, de nombre Marta. Su hija al escuchar tal gritó pega un pequeño respingo.

Aún se encontraba un poco dormida.

—No puedo creer que mi niña ya esté cumpliendo sus 16 años —su padre se limpió una lágrima falsa—. Crecen tan rápido.

—Si, por cierto ¿Cuándo te vas de casa? Quiero tu habitación, es la única con un baño privado aparte el de mamá y papá —hablo Dustin, su hermano menor.

Ella lo miro con una sonrisa falsa.

—Pues seguirás esperando porque yo todavía no me voy, si ni siquiera Justin que es el mayor de los dos, todavía no se ha ido —Justin la miro con una mano en su pecho.

—Me lastimas hermanita, pero tranquila, aún me necesitan en casa.

—No es cierto —hablo ____.

—Te puedes ir cuando quieras —ofrece el adulto.

—Pido tu habitación —pidió Dustin.

—Ya, ya, paren de pelear con quién se va y quien no, ¿Bien? —su madre dijo, ya harta de ver la pequeña discusión que se había formado. Los cuatro asintieron con la cabeza baja.

A veces se le hacía complicado vivir con personas tan infantiles, y lo peor es que a veces su marido también sé única con ellos, quitando la paciencia a la pobre mujer. Bueno después de todo su marido era igual que ellos.

—El desayuno está servido, nosotros bajaremos mientras te arreglas.

—Bien —vio cómo cada uno salía de su habitación, pero antes de eso, vio cómo Dustin se asomaba por su puerta, ella enarcó una ceja—. ¿Qué?

—Solo te pido que te bañes, desde aquí me huele el olor a mugre —abrió la boca, totalmente ofendida, en cambio, él, la miro con una sonrisa de angelito—. Por cierto. Tienes un pedazo de espinaca atorado entre tus dientes, limpiátelo —cerró la puerta.

—¡Hijo de...!

—¡____! ¡No puedes decir groserías! —escucho el regaño de su madre desde la cocina.

—Bien —suspiro resignada, entonces gritó con todas sus fuerzas—. ¡Dustin, eres un idiota!

—¡¿____, que te dije?!

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 || Henry Danger ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora