Henry Hart es el mejor amigo de ____ Villegas.
____ Villegas es la mejor amiga de Henry Hart.
Ambos se conocían como la palma de su mano, ¿o no?
Ambos guardaban secretos, los cuales poco a poco salen a la luz, pero...
¿Sus sentimientos se verán per...
____ salió de la preparatoria junto a Siara donde afuera se encontraron a Sed, los tres hablaban de distintas cosas en particular mientras iban de camino a la casa de los Jones. A la Sra. Shapen se le ocurrió la "maravillosa" idea de dar un examen para mañana de Biología, aún recuerdo cómo el salón completo se quejó de eso, diciendo que disfrutaba ver a sus alumnos sufrir y esas cosas.
Lo cual, ella no negó en lo absoluto. Incluso sonrío con maldad al escuchar sus reclamos.
Definitivamente, odiaban en esos momentos ser estudiantes.
Algunas personas deseaban ser nuevamente niños, donde el único problema que tenían era cuando sus padres lo llevaban a una revisión médica, bueno, solo a algunos. Por lo menos, a nuestra protagonista odiaba los hospitales, nunca le gustó el olor a medicamentos, las habitaciones blancas junto a algunas camillas algo incómodas. Lo decía por experiencia propia.
Hospital para ella es igual a malos recuerdos.
Llegaron a la casa de Sed y Siara donde entraron dejando sus mochilas a un lado del sofá, la madre de sus amigos salió por la cocina vestida con un delantal y algo de harina manchada en el. Supuso que había estado cocinando algo de repostería al ver algunos ingredientes como huevos, harina, mantequilla, agua, regados por la encimera negra de cerámica en la cocina.
-Hola mamá- saludaron ambos hermanos.
-Hola Sra. Jones- saludo cortésmente a la mujer.
-Hola mis amores- saludo a sus hijos- Hola ____, te he dicho que me puedes llamar Mónica.
-Oh, claro, Sra. Mónica- Mónica asintió con una sonrisa. La mujer aparentaba unos treinta o tal vez cuarenta años, su cabello castaño estaba recogido en una coleta alta no dejando escapar ningún mechón de el, sus ojos eran de color gris y su piel algo morena. Definitivamente, sus hijos salieron parecidos a ella excepto con sus ojos que fueron obra del padre.
-¿Quieren algo de galletas? Prepare algunas- ofreció amablemente.
-Claro, gracias mamá.
La mujer se adentró a la cocina a buscar las galletas recién horneadas, los adolescentes se acomodaron en la sala sacando de sus mochilas algunos libros y hojas para estudiar. El grupo se acomodó comenzando cada quien con su lectura. Mónica dejó las galletas en una pequeña mesa junto a vasos de agua, comieron algunas de ellas y tomaron agua para refrescarse. Luego volvieron de nuevo a sus estudios, intentando por todos los cielos entender y grabar el tema para su examen.
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-Ray, por favor.
-No.
-Por favor.
-No.
-Por favorcito.
-¡No!
Henry se dejó caer con resignación en el sofá de la capi-cueva, Ray a su lado solo pudo poner los ojos en blanco ¿Qué bicho le había picado?
