Un nuevo lugar al que llamar hogar VII (7) (Harry Potter y tú)

Capítulo 3

Durante la noche tuve una pesadilla, aunque, mejor dicho, era un recuerdo. Más específicamente de cuando desmemoricé a mi familia biológica.

Flashback

Nada más terminar de explicarles a mis padres que hay una guerra y debo desmemorizarles para protegerles por si intentasen ir a por ellos por mí, papá aplaudió.

-*¿Qué haces?* -le pregunté sumamente confundida.

-*Siempre tuviste mucha imaginación ya desde muy pequeña, _____, te felicito por inventarte-

-*No me he inventado nada, estamos en guerra ahora mismo* -le corté rápidamente.

-*Venga ya, _____* -intervino mamá-. ¿Enserio pretendes que nos creamos eso?*

-*Qué conveniente, ¿no crees?* -me preguntó papá- *Un mago malvado que odia a la gente como nosotros que, casualmente,  también va a por uno de tus amiguitos y, por ello, debes borrarte de nuestras memorias para ''mantenernos a salvo''.*

-*Exactamente, ¿para qué es conveniente algo así?* -pregunté incrédula.

-*Para que tengas una excusa con la que deshacerte de nosotros para siempre, poder abandonarnos* -me respondió mamá.

-*Y creo que no hablo solo por mí cuando digo que no me parece nada mal* -dijo papá y ella asintió dándole la razón-. *Pero recuerda mis palabras, _____: tu ''familia'', como te gusta llamarles aunque no compartáis lazos de sangre, acabará abandonándote y terminarás sola. Cuando eso pase, no te molestes en regresar a devolvernos tu recuerdo, porque nos dará igual lo que sea que hagas para conseguir tu perdón por abandonarnos: jamás te perdonaremos y no queremos recordarte. Y  está de más decir que tampoco queremos que vuelvas a enviarnos cartas como has seguido haciendo a pesar de que te hayamos dicho miles de veces que pares* -eso fue suficiente para que lágrimas surcaran mis mejillas. Lo peor no fue solo escuchar esas palabras, sino también ver sus caras de... odio.

Fin del flashback

Me levanté de la cama con cuidado de no despertar a mi novio, salí de la tienda y me senté bajo un árbol. Harry no tardó en aparecer delante mía, al parecer no fui tan cuidadosa como había pensado y lo desperté.

-Lo siento, no quería despertarte -le dije cuando se agachó frente a mí.

-Ya estaba despierto -me dijo-. ¿Quieres contarme por qué lloras? -me preguntó secándome unas lágrimas que no había notado que se me habían escapado.

-Solo tuve una pesadilla -le contesté bajando mi mirada a mis manos.

-¿Y lo de Grimmauld Place? -me preguntó agarrándolas.

-Otra pesadilla.

-¿Quieres contarme cómo eran?

-Son la misma, en realidad. No tienen importancia.

-Si hacen que llores, la tiene para mí -me dijo levantando mi barbilla con una mano para que le mirara-. Pero, si no quieres hablar sobre eso, me puedo quedar aquí contigo hablando de otra cosa o sin decir nada, lo que prefieras -le abracé escondiendo mi cara en su pecho, él me correspondió el abrazo de inmediato y estuvimos un rato en silencio, hasta que decidí contárselas-.
Escúchame bien, ¿sí? -me pidió rompiendo el abrazo y haciendo que le mirara- Hiciste lo que hiciste para protegerles, eso no tiene nada de malo y no debes sentirte mal por algo que sabes que no es cierto.
Y, con respecto a lo de que te vas a quedar sola, ni se te ocurra pensar eso ni por un segundo -me dijo apartando unos mechones de pelo que se me habían pegado a la cara por las lágrimas-. Ninguno de nuestros amigos ni Remus o Dora te dejarán sola y tampoco está en mis planes hacerlo -noté que me sonrojaba cuando dijo eso último.