14. Cosas Malas. 6/6.

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Leonor.


- creo que no debiste ser tan duro- mencionó Jim.

Ambos ya estaban en su enorme cama, ambos sentados con la espalda apoyada en la cabecera de la misma.
Su hija y esposo habían discutido a otro nivel, diciéndose cosas hirientes por el calor del momento.

- no le daré permiso de todo lo que ella quiera- dijo aún enojado y de brazos cruzados - me convenció de que actuará en el teatro, Montserrat hizo dos álbumes musicales con ella- prosiguió contando cada punto con sus dedos - aprendió a tocar piano, batería, bajo, guitarra y violín.

- parecías estar feliz con eso- dijo Jim confundido - ¿Por que estaría mal que hiciera un álbum en solitario?.

- por qué aún es muy pequeña, solo tiene diecisiete, podría dejar de lado la escuela haciendo que sus notas sean malas.

- pero siempre saca buenas notas...

- pero no tiene amigos, solo uno, tampoco vida social- interrumpió - tiene buenas notas...si, pero se la pasa encerrada en su habitación cuando no tiene todas esas clases de ballet o música- mencionó en un tono más bajo - se ha desvelado, solo quiero que descanse un poco, que viva su vida, está desperdiciando su juventud.

Hutton lo abrazo de lado, mientras dejaba un beso corto en su mejilla - eso no es sólo lo que te preocupa, ¿Cierto?

- no- murmuró enterrando su rostro en el cuello de su esposo - es nuestra única hija Jim, es la más pequeña, no quiero que se valla, los chicos también están creciendo, pronto nos dejarán en el olvido- sollozo.

- descuida, eso no sucederá- tranquilizó - era lo que debía pasar algún día.

- y no quiero que sufra, ninguno de ellos, la industria musical puede ser difícil para las mujeres - Jim lo vio confuso, suspiro y continuo - cuando Queen comenzaba, una chica con una increíble voz, llegó también a los mismos estudios, nadie la escucha cantar, por qué la violaron y renunció a su sueño.

Hutton se quedó sin habla, pensando en la pobre chica.

- creo que hubiera sido incluso mejor que nosotros, se suicidó días después, nadie hizo justicia- dijo después de un breve silencio - no quiero que la lastimen.

- para eso estaremos nosotros, para protegerla y apoyarla ¿De acuerdo?- tomo su rostro medio húmedo por sus lágrimas en sus manos - creo que deberías decirle por qué.

- lo sé, pero en vez de eso metí la pata y le dije que me tenía decepcionado.

- puedes resolverlo ¿No?, Mi esposo nunca se rinde, así que vas a ir, le contarás todo y ambos llegarán a un acuerdo- le dio en beso tierno.

- tienes razón, iré a hablar con ella- dijo con una sonrisa confiada, levantándose de su cama.

- aunque creo que deberías hacerlo por la mañana, ahora debe de estar enojada y podrían empeorar todo- hablo Jim.

- tienes razón, eres el mejor terapeuta- dijo sonriendo - entonces, hay que dormirnos y mañana voy a solucionar todo- ambos se acomodaron, abrazados y recostados - buenas noches.

- buenas noches Freddie- dejo un último beso en su frente para después ambos dormir.


Al día siguiente...


Freddie llevaba una bandeja con dos tazas de té, un breve tintineo de la porcelana. Subió las escaleras con cuidado, las tazas de té podrían ser una buena idea de ofrenda de paz. Además, ya era común que a las 8 de la mañana ambos se encontrarán en la terraza de la casa bebiendo su contenido como rutina matutina, así habían estado desde que su hija tenía 4 años.

Una Familia Perfecta ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora