Capítulo 29

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Siento decir que:

Penúltimo capítulo, people :)

Sé que no es un capítulo tan largo como los demás y que he tardado demasiado, pero prometo que el siguiente lo compensará todo. 

¡Va a ser increíble!

Me enderecé y apoyé la espalda en la pared , poniendo las rodillas contra mi pecho, rodeadas por mis brazos, y me puse a pensar en todo, absolutamente todo.

Me lo dijo una vez una profesora: hay un periodo antes de dormirse en el que estamos más inspirados. Ella puso el ejemplo de que, cada noche, imaginaba maravillosos personajes que a la mañana siguiente era incapaz de recordar bien.

A mí me había ocurrido eso más de una vez durante ese verano. Cada vez que sucedía, cogía mi libreta, y escribía lo que se me pasaba por la cabeza, a la mañana siguiente me costaba sacarle el ritmo al verso, pero después conseguía uno más o menos parecido.

De repente, pensé en que acabaría sola, con las expectativas altas por culpa de los libros que adoraba leer, parece una estupidez ¿verdad?

Empecé a pensar en Joshua, en que la cura para olvidar este encaprichamiento era volver a subir mis expectativas a como las tenía antes de que el desarmase mis esquemas, porque lo que sentía por él no era amor, ni siquiera me gustaba. Al estar a su alrededor no podía dejar de mirarlo, pero durante la Semana Santa prácticamente no me había acordado siquiera de su existencia.

Recordé lo enamoradiza que era antes de empezar a leer, y empezaba a sentirme como esa niña pequeña a la que habían rechazado miles de veces. Pensé en cómo me había afectado lo que me había hecho, y no por ello en sí, sino por la simple razón de que había puesto demasiada confianza en él, en lo que supuestamente teníamos.

 Y empecé a llorar. Últimamente tenía muchas ganas de llorar. Más de lo normal. Y odiaba el no saber por qué.

Me convencí de que nadie iba a poder darme un amor como el de los libros, y de que, por creer que sí, nadie iba a ser capaz de enamorarse de mí, y de que iba a terminar cansándose de intentar llegar a mis expectativas.

Me imaginé mi primer beso con un chico guapo de pelo castaño y ojos claros, algo que nunca iba a ocurrir, probablemente mi primer beso sería con alguien sin importancia y, o para desahogarme, o por un estúpido reto, por supuesto.

Continué pensando en Joshua, y en que la vida me puteaba y me jodía una y otra vez cuando por fin pensaba que era feliz:

En plena infancia mi madre murió, dejándome sumida en la oscuridad durante años.

Cuando por fin sentí que todo iba a mejor , mi padre  decidió mudarse y empezaron a joderme en el colegio, hundiéndome de nuevo al fondo del foso.

Y cuando por fin volví a sentirme bien, lo de Joshua me hizo tocar fondo por tercera vez. Por fin entendí que yo nunca le había importado lo más mínimo a pesar de sus numerosas afirmaciones de lo contrario, y la verdad es que los mensajes de su amiguita afirmando que jugó conmigo tal y como yo suponía no ayudaban.

A esas alturas comprendí que no iba a dormirme pronto precisamente, pensé en mi libro, en como esta pequeña "reflexión" podía ser una buena parte de él, así que bajé las escaleras con cuidado y llegué a la habitación en la que dormía mi hermana en casa de mi abuela, dónde estaba por vacaciones, esperando encontrarla allí y ya buscando una escusa, me encontré con la cama vacía y la puerta del salón cerrada de forma que solo unos pequeños rayos de luz de la lámpara se colaban en la habitación, haciendo que viera un poco más claro.

Antes De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora