Pesadilla [Todobaku]

Quiso Matarme

—Katsuki ha estado algo alterado hoy. ¿Debería hacer algo al respecto?

—No te preocupes, querido. No creo que sea algo grave, sólo mantenlo vigilado.

—Bien. Muchas gracias

Colgó el teléfono y miró hacia la puerta de la habitación, donde estaba el rubio mirándolo confundido. Casi juzgando sus acciones.

—¿Con quién hablabas?—preguntó desconfiado

—No era nadie, tranquilo

—Shoto. Quiero salir

—¿Estás seguro de eso?

Katsuki lo pensó.

No, de hecho no quería salir, pero tenía una inquietud. Hoy, el sonido de el exterior lo ha está molestando mucho.

Está aterrado

—Bien. Hoy no iré a trabajar, ¿De acuerdo?

—¿De verdad?

—Me quedaré contigo

Katsuki no sabía como reaccionar en ese momento. Tenía miedo y quería abrazar a su esposo por siempre ser tan bueno con él, pero no quería tocar nada.

Todo estaba infestado.

—Shoto, ¿Estamos en peligro?—preguntó mirando la ventana detrás de Shoto. Seguía completamente sellada.

—No, Kats. No lo estamos, nadie va a entrar. Lo cerré todo—dijo mientras se acercaba con cuidado y trataba de abrazarlo.

Se alejó, evitó su toque.

—¿Qué pasa? ¿Te asusto?

—Sólo... Evitemos el contacto, ¿Sí?

—... Cómo quieras. Iré a hacer algo de comer, ¿Bien? Deberías descansar un poco

—Bueno, lo intentaré

Shoto bajó a la cocina dejando a Katsuki en el cuarto. Asustado de sí mismo.

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Otra vez. De nuevo Shoto no estaba en la cama. Katsuki se había mantenido en su propio lado y se había negado a tocarlo.

De pronto se sintió culpable. Él fue el que lo evitó y fue su culpa que su esposo quisiera irse cada noche

—¡Shoto! ¡Shoto, vuelve! ¡Aún te amo, Shoto! ¡No te vayas!—corría por todo el segundo piso, revisando cada uno de los cuartos, revisando de nuevo. Shoto no estaba.

Volvió sobre sus pasos y se tiró sobre el suelo de la habitación que compartía con Todoroki. Estaba llorando.

Si tan sólo lo hubiera tocado. Si tan sólo le hubiera dicho que tenía miedo. Tal vez Shoto seguiría a su lado.

¿Cuánto tiempo llevaba sin verlo? ¿Cuánto tiempo lo evitó?

—¡Katsuki!

La voz lo sacó de su llanto, miró hacia atrás y ahí lo vio.

—¡¿Katsuki, qué hiciste?!

—¿Eh? ¡Shoto, estás de vuelta!

Su felicidad no duró más que unos segundos. Se esfumó por completo al ver el objeto que sujetaba el contrario con su mano derecha.

—¡¿Q-qué haces?! ¡Suelta ese maldito cuchillo, Shoto!—se levantó del suelo y retrocedió por instinto.

¿Qué pasaba? ¿Qué hacía Shoto? ¿Por qué?

—Yo te doy miedo

—¡Aléjate!

—Katsuki, te doy miedo

—¡Sí!—gritó por fin—¡Estoy aterrado! ¡¿Por qué quieres matarme?!

—Kats, Kats. Tranquilo

—¡Suelta ese cuchillo!

Shoto lo hizo. Shoto lo soltó.

—Kats...

—¡Quisiste matarme!

—¡No! ¡Jamás haría algo así!

Katsuki comenzó a tranquilizarse. Poco a poco su respiración volvió a la normalidad. Mientras Shoto caminaba hacia él con cuidado.

—Kats. ¿Me tuviste miedo?

—S-sí

—Cariño, jamás te haría daño. Jamás. Yo te quiero—coló una mano por su cintura y luego el otro, comenzando un abrazo del que Katsuki no se separó—. ¿Confías en mí, cierto?

—Lo hago

—Perfecto. Que las cosas continúen así, ¿Está bien? Nunca te lastimaría

Y lo mordió. Shoto hundió sus dientes en su piel de esa manera tan suave y cariñosa que parecía un beso.

Se aferró a la camiseta del bicolor, dejando que su piel fuera perforada, porque le gustaba ser mordido de esa forma.

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