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-Hey, adivina lo que sucedió. -Tooru sonrió viendo su celular mientras acariciaba el cabello de su novio al tener su cabeza sobre su pecho.

-¿Qué sucedió? -Koushi dejó su teléfono en la mesita de noche que había junto a la cama del castaño y se sentó para mirarlo mejor.

-Tobio-chan casi besa a Yamaguchi.

Los ojos del peligris se abrieron con sorpresa y se acostó al lado del colocador de Aoba para mirar los mensajes de su kohai. En efecto, Kageyama le contaba, con mucho pánico al parecer, que había invitado al peliverde a su casa, donde, en su habitación, tras quedarse en silencio unos momentos, se habían acercado hasta casi besarse, siendo ininterrumpidos por la hermana del pelinegro.

-Entonces no es tan necesario que Hinata y Tsukishima intervengan, al parecer. -Sugawara sonrió sentándose y recargándose en la cabecera de la cama.

-Eso parece. -Oikawa alzó la mirada para ver a su novio- Aunque dudo que Tobio-chan pueda manejar esto de su casi beso, ¿O tú qué crees?

-Bueno, Kageyama no es muy abierto en ese aspecto. -el castaño asintió mientras se sentaba frente a Koushi para mirarlo mejor- Si Tsukishima no lo hubiera dicho, no creo que me hubiera dado cuenta, incluso Yamaguchi ha sido muy discreto con eso, así que no tengo idea de cómo lo manejarán.

-Entonces tengo razón. -Koushi miró la sonrisa socarrona de su novio y soltó una risilla a modo de resoplido.

-Sí, Tooru, tienes razón. -Sugawara sonrió ligeramente y miró por la ventana.- Y dudo que Hinata pueda arreglárselas con eso, incluso teniendo a Tsukishima, me temo que...

-¿Por qué no los invitamos a salir con nosotros? -Oikawa interrumpió de repente, causando un ceño fruncido en su novio que decidió ignorar.- Piénsalo, es más fácil que Yamaguchi o Kageyama te escuchen a ti a que escuchen al otro par de primero, ese es tu temor, así que podemos invitarlos a salir con nosotros, teníamos pensado ir a un parque de diversiones, ¿no es así?

-Bueno, lo es, pero hay un problema en lo que me estás diciendo, Tooru. -el castaño ladeó la cabeza con duda, acto que se le hizo sumamente tierno al peligris, sin embargo, continuó- ¿Por qué aceptarían venir con nosotros?

-Déjamelo a mí, ¿sí? -Sugawara miró a su novio con cierta duda en la mirada, no es que no confiara en su novio específicamente, sino que temía que pudiera ser una idea imprudente que pudiera resultar en algo poco conveniente- ¿Chico refrescante, me oyes?

El peligris rio ante el apodo que ya era algo usual para llamar su atención.

-Claro, gran rey, solo no hagas ninguna tontería, son mis kohais, después de todo.

-Por supuesto, no haré nada que les cause daño a tus cuervitos.

Oikawa sonrió ampliamente, sin darle a su novio ningún indicio de lo que había decidido hacer; ahora solo le quedaba esperar un poco.





Pasaron algunos días, terminó siendo miércoles. Oikawa esperaba junto a su novio en la estación de trenes, a pesar de no decirlo, estaba algo nervioso de lo que pudiera suceder, después de todo, se trataba de los Kohais de su novio, quienes, independientemente de ser del equipo contrario, donde estaba Kageyama, eran importantes para Koushi, y causar que algo saliera mal y pudiera arruinar su relación entre ellos era una idea que no se podía sacar de la cabeza.

-¡Suga-Sempai! -Hinata sonrió mientras corría hacia los dos mayores con Tsukishima detrás con su semblante tan serio como siempre, al igual que Yamaguchi con una sonrisa tímida. -Llegamos.

Ambos chicos de tercero sonrieron mientras buscaban con la mirada al otro colocador. No tenían idea de si debían preocuparse por no verlo, después de todo, lo esperaban con Tadashi.

Operación: Vacaciones YamaYama [YamaYama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora