Capítulo 14: Deseos.

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Bien, esta es la primera sorpresa de esta primera semana. 

Como sabrán, ganó la historia de Alfia en la votación. Pero hey, no tenía pensado dejar en hiatus las demás historias sin antes dejar un capítulo extra de cada una. 

Mi manera es la manera de los dioses. 

Demos inicio al capítulo 13! 

En fin, espero les guste, es un poco largo, para que valga la pena como último capítulo por un largo lapso del tiempo. 

Les dejaré unas ilustraciones de regalo a lo largo del capítulo, muahaha, nuevo fetiche, que Asfi me pise. 

Asfi: Cuánto daría por gritarles nuestro amor

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Asfi: Cuánto daría por gritarles nuestro amor.

Bell: Amor, ya deja de beber, por favor. Piensa en el niño.

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Las fuertes corrientes de viento golpeaban el rostro de Asfi, quien se elevaba por los aires mientras buscaba el paradero de la diosa Hestia.

Por supuesto, localizarla no fue tan difícil como lo sería por tierra, fue debido a eso que el tiempo no se extendió a uno que pusiera en peligro a la pequeña diosa.

Por debajo de las nubes y el cielo azul, Asfi indicó a su novio, Bell, y a Aizu Wallenstein el camino a seguir con señales hechas con el reflejo de la luz solar en un espejo.

Todo lo que tuvo que hacer se limitó a guiar y observar la confrontación de los soldados de Rakia entre Bell y Aizu.

No había preocupación alguna por Bell en ella, pues sabía perfectamente que para él los habitantes con <Falna> de Rakia no representaban ninguna amenaza.

Era una simple misión de persecución y rescate dejada a manos de dos personas muy capaces, sin embargo, Asfi ciertamente no se esperaba tal resultado como Hestia resbalando por el acantilado y cayendo al las fuertes corrientes de agua en el río.

"¡Hestia-sama...!"

La diosa y ella eran rivales en el amor, o al menos Asfi la consideraba así ya que seguía enamorada de su Bell, pero eso no quitaba que se preocupaba por ella.

Además, la razón principal por la que había ofrecido su ayuda en esta misión no fue por su relación amorosa con Bell, si no por la simple razón de que había descubierto que Hermes, su dios, era culpable de todo esto.

"¡Maldición, ese estúpido dios!"

Pensando en la forma de darle su merecido al dios viajero, Asfi sintió que su corazón se detenía cuando vio a Bell lanzarse por el mismo precipicio del que Hestia había caído.

Danmachi: Amante del misterio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora