Hola,
eres aquella persona a la que nunca creí escribirle una carta. No me malinterpretes, desde el primer momento en que mis ojos se toparon con tu alocada melena, imaginé un millón de situaciones y eventos distintos que nos involucraran, pero fue algo instantáneo : mil cosas en un segundo, y a la vez ninguna. Porque mi cerebro, mi vida, mi mente, mi corazón, se detuvieron, todo se detuvieron en ti.
No fui conciente del efecto que tuviste en mi, o tal vez si, pero no lo admití. Por miedo. Cuanto miedo me dio todo y nada a la vez. Pensé que al alejarme, hacer todo lo que tenía planeado antes de volver aquí, te olvidaría. Pero no fue así. Porque veras, ni siquiera debía estar aquí para empezar, esos días se los robé a la vida proque quería echarle un vistazo a lo que podría ser, a aquel camino que no había escogido pero mas adelante podría retomar.
Comencé a escribir estas cartas antes de saber de ti, después te conocí. Solo compartimos un par de miradas y un par de palabras, pero me vasto. Me fue suficiente para vivir mi vida y esperar al momento en que te volviera a encontrar. Sabía que no era el momento.
Estoy segura que no fue lo mismo para ti, pero es normal. Lo comprendí desde ese primer momento. No sería igual para los dos, pero somos diferentes e iguales. Somos todo y nada. Somos contradicciones.
Se que lo que compartimos ahora es la ilusión y la incertidumbre, ese dulce aroma de no estar seguro, de un si y un no. De la posibilidad, de un incio, la ansiedad, el nerviosismo.
Quiero confesarte algo, hacia tanto que no sentía esto. Hacía tanto que mis pies no se paralizaban. Hacía tanto que mi respiración no se agitaba. Hacía tanto que mis manos no temblaban. Hacía tanto que no perdía el control. Hacía tanto que no se aceleraba mi corazón al escuchar una risa nerviosa. Hacía tanto que no disfrutaba tanto lo inesperado. Y me gusta. Me gusta no saber que va a pasar. Me gusta no controlarlo. Me gusta que suceda. Me gusta sentirme viva. En este instante no importa si pasa o se marchita, porque tuve estos momentos.
Se que le temes a esto tanto o mas que yo. Porque para variar, tu tienes algo que perder. Algo porque cuestionarte, y esa es una ventaja que tengo sobre ti. Yo estoy libre, tan relajada y maleable como me apetezca. Pero tu, tienes que decidir. Decidir si valgo el riesgo o no. Eso es emocionante, te emociona y aterra, lo veo en tus ojos cuando me ves. Esa microexpresión en la que tu cerebro se desconecta de lo que sea que estaba enfocado, y se fija en mi, se queda en mi, se pierde en mi, pero después tiene que regresar a la realidad. Porque hay gente a tu alrededor, porque hay un mundo que esta pasando a nuestro alredeor.
Se que estoy romantizando mucho lo que nos sucede, pero que sería de la vida sin un poco de sazón y calor. No estoy segura de que te está pasando, ni de como halla sido tu vida antes de mi. Pero estoy decidida a sientas un gran cambio y diferencia en tu vida despues de mi.
Quiero que dejemos que el viento nos guíe, que suceda lo que tenga que suceder y muera lo que tenga que morir. Porque se que esto no solo me pasa a mi, se que lo has pensado y se que hasta cierto punto, si nos reencontramos fue por algo. Aunque me podria equivocar, ya ha pasado antes. Solo que me gustaria tener la razón esta vez ¿Me lo vas a permitir?
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Cartas de Romina
Teen FictionQuerid@: Lo único que busco es un poco de esperanza, ¿como la puedo encontrar si estoy estancada? Nada parece mejorar y solo me gustaría saber que las cosas realmente van mejorando.