Los días transcurren rápidamente, wangi y yo, cada vez hablamos más, cada vez sin tantas peleas, aunque sinceramente es nuestra forma natural, bueno almenos mi forma natural de darle cariño, hoy me ha invitado a comer a su casa, según él ya se ha enfadado de mi café. Por favor quien en su pleno juicio se enfadaría de un rico café.
Así que saliendo de la escuela el me es para en su auto, y me intimida un poco subir en el, mientras bromea pierdo los nervios y se estaciona en la cochera mientras...
habré las puertas, incitandome a pasar, recuerdo cada parte de esta casa como si fuera ayer, como si el tiempo no pasará aquí.
—Vamos la mesa está acá —Dice tomando mi brazo y por un momento quiero safarme de su agarre, no es como que me guste mucho el contacto, pero me siento segura más que con miedo así que lo dejo ahí.
—Mm comamos en el patio trasero —Pido se que el patio trasero da justo a la playa y como ya es tarde seguro que estará bien.
Wangi asiente sin preguntar nada y yo camino rumbo hacia el patio, que en su mayoría es arena, y miro las olas del mar chocar contra algunas rocas y haciendo la humedad en la arena, mientras mi corazón siente un poco de paz, de tranquilidad.
Wangi llega y me extiende un plato de fideos.
Me resulta raro, tantas personas y críticas en internet, todas dicen que es frío, incluso hueco, sin sentimientos o sentido del humor yo lo creí al principio, pero bueno, jamás debemos juzgar a alguien por como luce eso lo tengo claro
—Veraz que me ha quedado mucho mejor que lo que preparas —Dice sentándose a mi lado.
—Pues es que no todos tienen gustos buenos, para que les encante lo que cocino —Digo tomando el plato y metiendo algo de fideos a mi boca y si, si es demasiado bueno.
Me mira con atención revisando cada expresión en mi rostro—Y bien —Dice el esperando mi respuesta, respuesta la cuál no pienso expresar la verdad.
—Regular, Nada fuera de lo normal. —Digo burlándome mientras el voltea los ojos y sigue comiendo.
Terminamos de comer.
—Se que te ha encantado.
—Claro que no, engreído.
—Si,si lo que digas, ahora ¿vino o agua? —Pregunta mientras deja los platos de comida juntos y se levanta
—¿Tienes vino? —El asiente mientras caminamos hacia la cocina, y saca una botella, hace mucho no tomo, y se que probablemente no tengo mucha resistencia.
Wangi nos sirve una copa para cada quien.
Y nos la tomamos, el vino sabe tan dulce en mi boca, tan bueno que quiero más, wangi lo toma también y servimos una segunda copa quizá un poco rapidamente, luego otra y otra, han sido 5 y puedo jurar que empiezo a reír más cuando el dice algo, y el también lo hace.
Estamos un poco pasados de copas, por no decir borrachos, y vamos de nuevo en la playa, y empezamos a jugar, con la arena y correr.
Mientras intento correr al mar, wangi me toma por la cintura alejándome, no sé quién está más borracho, el que se cae cada vez que me trata de alejar, o yo que escapó cada vez que me aleja.
Empezamos a reír, hasta que caemos y quedamos hincados uno enfrente del otro, y cuando alzó la mirada sus ojos están a mi, a unos cuantos centímetros.
Wangi
Sus ojos brillan, y estoy pasado de copas, pero tan cuerdo como nunca, y su respiración la siento justo frente a mi, mientras nos quedamos observandonos en silencio, un paso solo uno, uno lento donde tomo su cara en la palma de mi mano, y acuno su mejilla, mientras pone las manos en mi pecho, y nuestros labios se rozan y se unden los unos en los otros, cierro los ojos, y solo me concentro en ella, Hard.
Me besa, y no se detiene y casi puedo decir que me deja sin respiración, con la mano que acunaba su mejilla coloco su cabello tras su oreja para poder acercarme mejor, mi otra mano baja a su cintura y la aprieto contra mi, como si no quisiera dejarla ir nunca.
El timbre de la puerta suena y Hard se aleja rápidamente, dejándome su sabor en mi boca, chupo mis labios una vez más, mientras ella luce apenada, yo no lo hago.
Salgo un poco frustrado ante la interrupción mientras Hard está detrás de mí.
Julian, Inoportuna.
Nunca me ha caído mal una persona pero Julian, estás muy cerca de lograrlo.
—Wangi, mire a Terror aquí, y ¿está
aquí Hard? —Dice y parece preocupada, quiero decirle que no y volver con hard y que volvamos justo a lo que estábamos—¿Que pasa Julian? —Dice hard saliendo a mi costado, arruinando mis pensamientos
—Hard tengo que regresar a la ciudad, debo ir ha hacer unos pendientes para arreglar los permisos de mi casa haya, surgió de último momento y...
—Esta bien —Dice Hard —Cuidare de la cafetería, no te preocupes se que puedo, y te deseo suerte, toma tu tiempo.
Julian asiente y me mira
—Espero que puedas ayudarla —Dice mientras me mira y yo asiento.
Veo como se abrazan
Como Julian la cuida como si fuera su madre y la abraza mientras se despiden
Y Hard parece que se le ha pasado la borrachera pues ya no parece estar bajo los influjos del alcohol, o es que sabe disimular muy bien.
Julian se va en un taxi que al parecer ya había contratado antes.
Y veo a Hard despedirla con la mano miéntras el coche empieza ha andar.
La veo y no creo que hace solo unos momento estaba besándola.
Hard voltea con timidez.
Vamos no hagas como que no pasa nada, no lo hagas porfavor, solo, podrías continuar, quedarte.
—Bueno debo irme a casa —Dice mientras me mira —Nos vemos
No, porque, porque.
Cuando estoy apunto de decir algo sale corriendo de nuevo, y me quedo aquí con el corazón latiendo como un loco.
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Café frío, café negro.
Teen FictionWangi, superando su pasado y creando un nuevo futuro, uno real, centrado y frío, hasta que ella llega a su vida, o ¿El ha llegado a la suya? Mira sus ojos negros al espejo y se pierden en sus emociones, los sueños los vive despierta por la cafeína.