Está en el suelo de rodillas, esconde su rostro contra el suelo y cubre su cabeza con sus manos, más bien trata de tapar sus oídos porque ya no soporta los ladridos.
Se apega cada vez más contra la pared.
Escucha como la correa de uno de los canes se alarga y se sobresalta.
Se mueve y a gatas trata de alejarse, pero la misma correa de su collar que está anclada a la pared se lo impide.
Chilla y sisea para que no lo ataquen, aun cuando se supone que no los soltarían contra él, ver sus colmillos y escuchar sus fieros ladridos lo aterra.
Pero esa mañana mordió al doctor porque este lo jalo de la cola y fue instintivo, por lo que fácilmente lo ve tras la vitrina disfrutando del espectáculo.
Ve como las correas de los perros se van acortando por la pared alejándose unos metros de él, uno de los enfermeros entra y lleva una jeringa con él.
—Esta es la fórmula número seis y última oportunidad.
Escucha la voz del doctor tras la vitrina, el enfermero toma su muñeca y de forma algo brusca estira su brazo, lo pincha con ella y siente el líquido arden dentro suyo, chilla y llora por ello.
Lo suelta y se marcha, era la sexta inyección, era una por hora, significaba que estaría otra hora más con esos canes.
Ya no quiere más, pero solo los ve haciendo anotaciones y presionar botones, de nuevo dejan que las correas se alarguen y vuelven a ladrarle más de cerca.
—Maldita sea, será imposible que los perros dejen de verlo como una presa.
—Es parte felino, no será posible suprimir eso, ya intentamos todas las fórmulas posibles ¿Detenemos el experimento?
—No, déjalo ahí, más tarde continuaremos con otras cosas.
Se marchan y lo dejan ahí por bastante tiempo, llega al punto dónde considera cambiar de forma, al ser más pequeño estaría más alejado de los perros, lo intenta, pero recibe un choque bastante doloroso por parte del collar.
Tenía la esperanza que no estuviera activada esa función.
Pasadas las horas por fin alejan a los canes de él y ve al doctor molesto por el resultado.
Pero está ya temblando por ello, significaba que, sin importar su forma, estos lo veían como su presa.
Lo sacan por fin de ahí y llevan a una camilla dónde ve las jeringas e instrumentos filosos aún lado de esta, trata de huir por instinto, pero el doctor solo activa el choque de su collar y hace que se detenga por el dolor.
Lo alzan y esposan a esta.
Era la parte que más odiaba de su día.
Porque sabe que serán horas de solo dolor, lo inyectan y con ello ya no puede patalear ni hablar, sus músculos quedan tan relajados que no puede moverse en absoluto, pero aún escucha y siente todo.
Quiere gritar, huir, solo puede llorar en silencio y contar hasta que llegue al mil y deba iniciar de nuevo unas ocho o doce veces más, todo depende de que tanto necesiten estudiar ese día.
Solo ve como la sangre de su cuerpo sale y cae mientras lo cortan, duele, duele tanto que quiere perder el conocimiento, pero sabe que lo despertarán si eso ocurre.
Despierta y ya está llorando de nuevo, se sienta y ve a su alrededor, ve sus manos y a sí mismo, está en esa que era su nueva habitación.
Pero se siente vulnerable y que en cualquier momento volverán por él.
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Fobia Social - DekuKatsu (Hibridos)
DiversosIzuku ha pasado por muchas cosas, más de las que muchos niños pueden soportar al punto de general una fobia social que evita que interactúe con otros, pero ese minino que encontró herido y solo como él podría ser ese pequeño apoyo que tanto necesita...