Parte 4

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FELINA

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DEMIAN MACDONALD"S

Nosotros los humanos solemos ser como pedazos de cristal, nos rompemos fácilmente y dañamos a quien nos recogen. No lo vi venir, como tampoco medí las consecuencias de mis actos desesperados por encantar a una mujer que no requería de costosos regalos para ganarme su amor.

Me arrepiento de lo que hice como no tienen idea y es que solo quería abarcar todas las posibilidades queriendo mantener el control de todo a mi alrededor. Ella me llego a descontrolar de tal manera que no supe que hacer con la hembra que arribo como un vendaval a mi vida dándome una bofetada sin conocerme.

Lo reconozco, fue un completo imbécil al ocultarle la verdad, pero nunca lo hice con la intención de burlarme de ella. Mi primera oportunidad para acercarme a esa fiera fue como Invicto, esa apuesta con Novak fue el mejor triunfo de mi vida, sin embargo, como Demian las cosas fueron surgiendo y me vi envuelto en un juego que quise terminar, pero el destino me jugo una mala pasada.

Aunque intente forzar la voz sé que mi fiera está de regreso. Ojalá tuviera el poder de Superman para ver a través de los objetos o la fuerza sobrehumana para arrancar esta puerta, sacarle, raptarla y poder besarla.

—Arya...

—Demian mi amor—el auto avanza cuando Bianca aparece agitada—¿qué pasa? ¿ a quien persigues?

—No pasa nada—la tomo de la mano con el corazón completamente acelerado—ven vamos a la tumba de tu abuelo.

Acompaño a Bianca que es una buena mujer, empezamos como amigos, pero le fue inevitable sentir algo mas por mi y quise darme una oportunidad. Vi tanta sinceridad en sus ojos cuando me confeso que me amaba que no fui capaz de romperle el corazón, ya lo había hecho con una excelente mujer y sería un miserable si lo volvía hacer.

—¿Ella quién es? —pregunta dudosa cuando caminamos buscando la tumba de su abuelo—es...

—Creí ver a una antigua amiga nada más.

En mi plan de amigo le confese sobre Arya, sabe de lo que le hice y lo que sentí por esa mujer. Llegamos a la tumba de su abuelo donde llora rezándole, contándole la falta que le hace mientras me mantengo detrás de ella pensando en Fara Meier.

Puede pasar el tiempo que sea, pero su aroma puedo reconocerlo a kilómetros y era mi fiera, se que mi fiera está aquí y solo es cuestión de tiempo para vernos las caras.

—Nos vamos—la abrazo, siempre que viene aquí, llora demasiado—perdón mi amor por ser tan chillona.

—Solo eres una mujer muy sentimental nada más y eso no tiene nada de malo.

Me da un beso casto, me acompaña a dejar las flores que siempre pongo en su tumba y volvemos a mi auto donde no dejo de pensar en ella. Si antes no salía de mis pensamientos, ahora que presiento que volvió, se me hará imposible contener las ganas de buscarla, hablarle y confesarle lo que siento.

—Como sabes estamos invitados a la inauguración del viejo hotel, quedamos en comprar los vestidos, me dejas por favor en el centro comercial.

—¿Con quién iras? —me desvió del camino tomando la ruta que me dice.

—Con Nena, Cruella y Dayanara. —esas tres son inseparables y pensar que eran cuatro alguna vez—si quieres nos acompañas.

—Aparte la tarde para estar contigo nena.

PLACER MORBOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora