PLACER MORBOSO

PARTE 14

DEJA VU

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AVA LAULESS

Me abrazo a mí misma con el frío que se cuela por mis poros, estoy en la parte trasera de la casa mientras Arya esta con Merilla  y los niños, Alec ha salido y yo no dejo de pensar en varias cosas que me roban la paz. Acabo de llegar de cenar con Vladimir y aunque me gustó la compañía, la plática y la comida especial de Rusia, aún sigo sin sentir alguna chispa, esa que con tan solo ver a Dracco me incendia todo el cuerpo.

Mañana tengo una cita con el juez que lleva nuestro divorcio y solo espero que Cristóbal no aparezca dañándome los planes. No es una jugada desesperada, es un ataque pensado y calculado sopesando algunas fallas y la de mi ex esposo muerto es una de ella.

Dracco lo sabe, y si no es así lo intuye como el demonio que es.  Cristóbal cometió algunas equivocaciones como dejarse ver sembrando la duda. Esta Victoria la madre de los Paris y Novak que después de querernos tanto ahora nos odian.

 Jure sobre la tumba de mi padre desquitarme y ahora que paso a paso voy consiguiendo avanzar, dañarlo y perturbarlo, no me siento tan bien como pensaba que me sentiría. 

—Señora Ava—Cooper logra asustarme —disculpe no era mi intención espantarla.

—No te preocupes —se posa a mi lado —estaba muy ensimismada en mis pensamientos.

La noche es fría, pero estrellada, muy bonita además del reflejo de la luna que ilumina la parte trasera de la casa y desde que llegamos aquí, no había disfrutado de la vista.

—Caminar ayuda, si quiere yo la acompañó. 

Asiento a su amable ofrecimiento, Cooper trae una carpeta que no le prestó atención mientras pisamos el pasto verde y rodeamos  la cancha de tenis. 

—Y que la tiene tan preocupada. 

Me cruzo de brazos, hace frío, hay varios hombres haciendo la guardia y apenas me vengo a dar cuenta del trabajo tan complicado que tienen cuidándonos inclusive en noches como esta. Aunque mi vestido no ayuda mucho a calentar mi cuerpo.

—Muchas cosas—le respondo—conflictos entre el corazón y la razón. 

—Usted maneja mucha presión y es normal tener tantos sentimientos encontrados, los niños, la empresa, la preocupación de su hermana y demás cosas que a veces pienso que colapsara en algún momento. 

—En este momento tengo muchos líos, quisiera tan solo tener un dia sin preocupación, conflictos y demás pero apenas estamos empezando y ya estoy fatigada.

—Le faltaba más antes de empezar—sonríe y lo imito, tiene una bonita sonrisa, a su lado no siento presiones de ningún tipo—es solo cuestión de tiempo.

Seguimos caminando hasta alejarnos de la casa, los árboles ahora toman protagonismo y no me importa internarme en el pequeño bosque que nos separa de la casa aledaña pero nos quedamos cerca a la malla de la cancha debajo del árbol preferido de Merilla.

Me encojo de frío y Cooper se quita la chaqueta en un gesto caballeroso poniéndola sobre mis hombros. Tiene una carpeta en las manos que ignoro, puede ser cualquier cosa en estos momentos.

—Gracias.

Huele rico, nos quedamos bajo el árbol que generalmente Merilla utiliza para pasear con mis angelitos. 

— Usted es una mujer muy bella señora —apoyo mi espalda en el tronco quedando frente a cooper que a su edad está muy bien conservado, pocas arrugas en el contorno de los ojos, un cuerpo trabajado y buena postura que llama la atención.