Capítulo 11: Shine

125 22 8
                                    

Viernes

Satoru estaba sentado en su cama acababa de despertar y se notaba... podrido. Le costaba mantenerse despierto sólo podía mantener fija su mirada en su zapato. Su madre entró a su habitación sin siquiera tocar lo que hizo que se incorporara de inmediato asustado. Después de demostrar su enojo porque había entrado a su cuarto sin su permiso se puso el uniforme, intentó peinar su cabello y bajó a desayunar. Sus padres hablaban y hablaban, peleaban y peleaban... Él tomó sus cosas al terminar de desayunar.

—Oigan... sordos —ellos lo ignoraron— oigan... me voy a la escuela.

Lo ignoraron. Satoru desdeñó tenía cosas más importantes que hacer. Salió de casa y subió a su bicicleta ya con frenos nuevos y se fue a la escuela. De camino evadía a todo estudiante que se encontrara, incluso conducía sin poner sus manos sobre el manubrio, y pensaba que quizás... debía comprar algo más allá de un refresco para Nanami. Ya se había puesto de propósito que fuera su amigo. Logró verlo a la distancia entrando a la escuela pero no le fue posible alcanzarlo y después del anterior accidente no creía que fuera buena idea aumentar la velocidad.

En los casilleros se encontró a Geto, se saludaron y cuando Geto abrió la puerta de su casillero descubrió una nueva carta. Satoru le dio una mirada pícara que hizo que Geto se ruborizara. Más tarde, durante el cambio de clases, abrió la carta. Satoru y Shoko se acercaron sólo para ver el contenido. Geto los apartó.

—¡No me molesten!

—Sólo queremos saber si ya te ha dicho quien es —lo cuestionó Satoru.

—¡Tsk no! Pero... dijo que quiere que nos mandemos cartas.

—¿Ah sí? ¿Y eso cómo se hará?

—Pues dice que deje la carta en un lugar estratégico y ella pasará.

—¿Se da cuenta de que si te quedas en ese lugar la descubrirás? —dijo Shoko en voz alta estaba segura de que la persona la escuchaba.

—Hmm... cierto. Planeaba hacerlo. Pero también suena divertido seguirle la corriente.

Satoru se acercó.

—¡¿Entonces sí vas a escribirle una carta?! Suguru no sabía que fueras tan romántico.

—¡Déjame en paz! Sólo es curiosidad. Igual sólo seremos amigos.

—¡Oh! —Satoru tuvo una idea— ¿Y si le mando cartas a Nanami para que sea mi amigo?

Shoko comenzó a reírse. Geto golpeó su cabeza en su pupitre y reunió paciencia al ver que Satoru estaba serio.

—Satoru... puedo preguntarte ¿por qué estás tan empecinado en ser su amigo?

Lo pensó... de verdad se esforzaba en tener una respuesta. Pero finalmente levantó los hombros.

—Debe haber una razón. Por ejemplo ¿por qué quisiste ser nuestro amigo?

—¡Porque son divertidos!

—Ahora ¿quieres ser amigo de Nanami sólo para molestarlo?

—En parte sí, se ve gracioso estando enojado.

—¿Y en otra...?

—No te lo puedo decir porque es parte de un secreto que tenemos él y yo.

—¿Ya tienen secretos? Entonces ya es tu amigo.

—¿Qué secreto? —preguntó Shoko.

—No somos amigos. No puedo decirles es un secreto y yo puedo ser un imbécil ¡pero nunca un traidor!

—Pero ni siquiera has hablado con él, ¿cómo es que tienen un secreto? —lo siguió cuestionando Geto.

—Sí, eso es cierto. Creo que me odia. Ayer le llevé un refresco de la máquina expendedora, no lo rechazó, pero cuando le dije que yo sabía su secreto se enojó.

Mr. Brightside - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora