Capítulo 30: Shape of things to come

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Las cosas no iban nada bien con Satoru... Sí, le dolía aún el cuerpo por los golpes, pero no era ese el problema. El problema comenzó a partir del sábado. Por la tarde mientras él jugaba videojuegos y se quejaba del aburrimiento comenzó a escuchar a sus padres discutir. Puso los ojos en blanco y comenzó a buscar su ipod para dejar de escucharlos hasta que... notó que la conversación tenía que ver con él.

—¡Pero no te entiendo ya Katsuki! —había gritado su padre.

—¿Y desde cuándo te importa eso? Quieres buscar un pretexto para pelear.

—¡No quería pelear! Quería hablar contigo y llegar a un acuerdo. Escucha éste es un problema sólo de nosotros, ¡deja de meter a Satoru en esto! Tu problema es conmigo.

—En efecto, ¡es un problema entre nosotros dos, Satoshi! Y quien está mencionando ahora a nuestro hijo eres tú.

Hubo silencio. Satoru pasó por el jardín interior y caminó por el pasillo hasta la sala donde ellos peleaban. Ya sabía que el silencio era porque su padre estaba sumamente enojado.

—Escucha... —retomó él— esto en verdad es importante que lo hablemos. Sí, es sobre nuestro hijo pero es más bien ¡sobre tu trato hacia nuestro hijo!

Satoru frenó, un escalofrío recorrió su cuerpo y le impidió entrar a la sala. Su madre no contestaba.

—Ayer... Satoru se esforzó ¡y estuvo tan bien en su juego! Y no creas que no lo he notado... Desde hace tanto tiempo te comportas tan fría con él.

—No, Satoshi —dijo con un tono grave— tú no vas a venir a decirme que soy fría y distante con mi familia cuando tú nunca, escucha bien, nunca habías estado cerca de tu hijo. ¡Ahora resulta que yo soy fría!

—Estoy ahora... quiero estar ahora y estoy orgulloso de él, pero no puedo dejar pasar todo esto. No le has hablado desde que se peleó, incluso cuando sabes que él no agredió al hijo de Kenji. ¡Y ni siquiera le has dicho algo sobre el juego de ayer! ¡Él se está esforzando tanto!

—Hmm... ¿de verdad lo hace? ¿Qué sabes tú de nuestro hijo? No, Satoshi, no puedes venir a mí a decirme qué es lo que Satoru necesita ¡cuando nunca has estado con nosotros!

—¡Estaba trabajando para darles la vida que necesitaban! Sé mis errores, yo lo sé... pero ¿qué no es suficiente para ti? ¡Qué es lo que quieres! Sólo me reclamas errores del pasado... ¡Katsuki!

De nuevo silencio. Su padre volvió a hablar tratando de guardar la calma.

—Yo no quiero volver a hablar de lo mismo contigo...

—¡¿Entonces cuándo?!

—¡Yo estoy hablando de nuestro hijo y la forma en que lo has tratado!

—Si yo no premié a Satoru es porque es su obligación. Desempeñarse de esa forma en un torneo es lo que debe hacer y no lo premiaré por ello. Además... ¿para qué? ¿Eh? Si estuvieras aquí sabrías que tu hijo nunca se ha tomado algo en serio. Lo felicitaré cuando traiga a esta casa otro trofeo, cuando vea que de verdad está asumiendo la responsabilidad. ¡Cuando vea que tiene la misma disciplina que el hijo de Kenji!

Satoru abrió sus ojos. Entonces lo que había visto ayer... los elogios de su madre hacia Nanami... eran reales, los elogios que quizás deberían pertenecerle a Satoru. Sí, su madre había comenzado a comparar.

—Porque Kento sí es un muchacho ejemplar y disciplinado cosa que tú hijo no ha logrado por ser tan... tan holgazán como tú.

¿Cuántas pedradas más le tirarían a Satoru? Era de verdad que no eran conscientes de que Satoru estaba allí, en esa casa, o en realidad su madre tenía toda la intención de que la escuchara. Su padre se había quedado callado quizás impactado por las palabras de su esposa y por confirmar que ella... lo odiaba. Y Satoru... él no podía evitar darle la razón: sí, es cierto, soy un holgazán y es cierto yo no soy como Nanami, jamás seré como él quien parece ser el hijo ideal de mi mamá. Y por un momento mientras estaba recargado en la pared comenzó a sentir celos de Nanami.

Mr. Brightside - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora