Precuela

568 66 14
                                    

Corrió; sus piernas no podían mantenerla en pie, cayó entre la hierba pero se levanto sin importar las consecuencias y siguió corriendo.

Las lágrimas caían de sus ojos nublando la vista, llegó al final de ese acantilado, grito y grito hasta que su voz salió ronca, se dejó caer de rodillas sin dejar de llorar.

El hombre por el cual había dejado todo hoy la dejaba, ese maldito infeliz solo la engaño para después botarla, rio, realmente se rio primero ligero y después a carcajadas sin que las lágrimas dejarán de caer por sus ojos.

Para ese punto la futura esposa ya habría encontrado el cuerpo ~Si no serás mío, no serás de nadie~ pensó

Era cuestión de tiempo antes de que se dieran cuenta que fue ella la culpable de su muerte, volteo mirando a tras, mirando la vida que dejó pero realmente el pueblo había Sido injusto con ella.

El cabello negro suelto voló con el viento y lo quito de su cara, sus ojos azules miraron por última vez aquel pueblo.

—Nos veremos en otra vida Chifuyu— susurro al viento antes de dejarse caer por el acantilado.

El agua golpeó su cuerpo con fuerza, sus huesos fueron quebrados el ardor en su garganta ya no era por sus gritos si no por el agua que estaba llenando sus pulmones, espero la muerte esa que nunca llego, en su lugar su cuerpo comenzó a brillar, perdió sus piernas y en cambio una cola de pescado llegó a su lugar.

Ella lo sabía, ese era su castigo por matar al rey, aquel que se hizo pasar por un campesino para enamorarla y cuando le entrego su corazón este anuncio su boda con un Reino vecino.

***

Al principio no fue tan malo, recorrió las aguas de los siete mares, miro las profundidades de ellas.

Pero estaba sola, Takemichi era la única en ese inmenso mar, no sabía cómo terminar con la maldición que los cielos le habían dado.

Intento salir del mar, pero sus pies nunca aparecieron, siguió los barcos escuchando historias en aquella prisión que era el mar.

Se dió cuenta que su voz atraía a los marineros, el primero fue un joven de ojos cálidos de color lavanda, cabellos lilas, su voz lo atrajo hacia ella.

***

Mitsuya viajaba con sus hermanas en aquel barco cuando una suave melodía lo llamo, sus ojos miraron aquella mujer en el agua.

Sus cabellos negros como la noche, piel blanca que parecía brillar con la luz de la luna.

—Señorita, ¿Se encuentra bien?— pregunto preocupado recargandose en la orilla para tener mejor visión

La chica se tenso, volteo a mirarlo el azul de sus ojos lo hechizo al igual que su voz, inclino su cuerpo tanto que termino por caer al agua.

El joven no sabía nadar, realmente Takemichi no quería dañarlo, cuando su cuerpo se hundió e intento darle un poco de aire al juntar sus labios, se dió cuenta que por algunos minutos sus piernas volvieron.

***

Desde entonces encantaba a los hombres con su voz, para robarles la vida y obtener por algunas horas otra vez sus piernas, salía del mar pero de nuevo volvía a su prisión

Cuántos años habían pasado, cuántos hombres había hechizado, cuántos murieron por sus labios.

Pero eso cambio cuando la vio, una joven de cabellos rubios y cortos, la observó de cercas o bueno lo más cercas que podía.

Exótico (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora