Prólogo

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Prólogo


"La vida siempre te pone obstáculos". No lo creía hasta que "No todo es lo que parece" resonó en mis oídos al sentirme expuesta a tal cosa, y no es como para que lo mal piensen ¡Por Dios! Sólo tengo 9 años. Hablo del rechazo.

Primero, estaba durmiendo tranquilamente hasta que....¡BAM! Me tiran —o me caigo (? aunque estoy segura de que alguien me tiró del sofá de la vecina. Al levantarme de la alfombra, a la cual le agradezco mucho que, tanto en esta como en varias muchas ocasiones, me haya salvado la vida de ser una persona normal, noto que hay alguien detrás del sofá, y ahí es cuando caigo en cuenta que sí me tiraron del sofá.

Antes de mirar atrás de éste decidí que era mejor hacer algo mejor. Me subí al sofá y lo vi, ahí estaba mi mejor amigo, Byron. Al notar que estaba totalmente distraído intentando ocultarse bajo su edredón de batman mientras sigue en el piso tras el sofá. Al darme cuenta de que no sabe aún que estoy viéndolo me lanzo encima de él haciéndolo soltar un chillido de niña. ¡Dios! Los niños de hoy en día.

—¡¿Estás loca?! —me grita, tratando de pararse—. Casi me matas aplastándome.

—Lo siento, viejo —digo—. Pero era tanta la tentación —hago como la que se imagina lo tentativo que era tirarse encima de él—. Y no es en doble sentido, mal pensado —le digo al notar la cara que había puesto.

—Quería decirte algo —Byron se veía algo nervioso y sé lo que está a punto de decir, creo—. Quiero que conozcas a alguien —ok, eso es nuevo—. ¿Podemos vernos más tarde en la casa del árbol?

—Muy bien. Pero que no sea una rata de alcantarilla como la de la otra vez, que parecía un extraterrestre con ese color verde vomito que tenía, para otro experimen... —hablaba sin parar para aclararle algunas cosas de lo que no quería que fuera hasta que Byron, muy amablemente, y nótese mi sarcasmo; me interrumpió agarrándome de hombros y sacudiéndome en todas direcciones.

—¡Tranquila, mujer! —gritó, notablemente cansado de escucharme hablar tanto—. En la casita del árbol en 15 minutos. No te quedes dormida.


(***)


—¡Vete a la mierda! —le grité a Byron, quien parecía con ganas de no volver a verme.

—Ya te dije que no te podría remplazar. Eres como mi hermana. Por Dios. Jane, en serio, no todo es lo que parece —y ahí estaban esas palabras, las que tanto odio justo desde ese día, desde ese momento—. Sabes que no podría alejarme de ti —me dijo Byron. Se notaba que se estaba aguantando las lágrimas—. Entiende que Samantha no nos puede y no nos podrá separar. ¡Jamás!

—Byron —las lágrimas caían. Mi respiración se entrecortaba. Mi voz apenas era audible Mi pulso cada vez se aceleraba más. Por más que me haya dado muchas explicaciones sobre lo que había visto.....aún así no podía creerle—. Me tengo que ir. Suerte con tu nueva novia. No quiero que me vuelvas a hablar por el resto de tu vida. No te me acerques. Dijiste que en la fraternidad no se aceptaban niñas fresa como ella pero, aún así, la dejaste entrar y, para peor, es tu novia. Dijiste que nunca ibas a estar con una...pero no. Tenías que, de todos modos, salir con una; y dejarla entrar a la...nuestra fraternidad. O al menos era nuestra. Adiós —y esas fueron mis ultimas palabras hacía él. Me dolió mucho la manera en como terminamos nuestra amistad. Por culpa de un beso.

Pero ¡Hey! Mejor vamos a la actualidad....


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