Capítulo 3. "Raro al cien por ciento"

164 18 4
                                    

3.Raro al cien por ciento


—¡Oh vamos! Di que eres mi mejor amiga. Por favor. Lo quiero escuchar de ti —este chico no se cansa. ¡Dios!

Ya fastidia estar con ese engendro caminando. Porque sí, estamos caminando. El idiota me quiso acompañar a mi casa, así que a caminar se ha dicho porque alguien lo vio conmigo y se llevó su auto y él no para de molestar y quiere que yo diga que soy su mejor amiga por un pequeño y maldito chantaje por parte mía.

En realidad ésto sí me apetece contárselos porque sé que quieren saber cómo es eso de que se llevaron el auto de Byron. Sé que lo quieren.

Bien, entonces vamos unos minutos atrás antes de empezar a caminar a mi casa.


Estacionamiento Holmes Chapel Comprehensive School 08:12 pm.


—Byron, hablo en serio. ¿Cuánto tiempo he estado encerrada en ese maldito infierno? —a Byron los ojos estaban que se les salían y yo estaba que lo asesinaba—. Demonios, Byron, dime cuántas estúpidas horas estuve encerrada en ese lugar.

—Pu...pue...pues...yo...ehh... ¿Tal vez once horas? —respondió mientras se encogía de hombros.

—¡Eres un idiota. Te mataré! —grité y me abalancé hacia Byron con todo, hasta sacando fuerzas de donde no tenía para golpearlo—. ¿Cómo demonios se te ocurre hacerme esto?

—Jane, lo siento, de verdad, es que no sabía cómo hacer para calmarte, ¿bien?

—¿Bien? Bien nada. Llévame a casa antes de que llame a Gavin y te dé tu merecido —grité algo exasperada. Byron me veía como si estuviera loca ya que yo movía sin cesar mis manos, como sólo una exagerada sabe, mientras hablaba.

—Ya, ya. Tranquila, ¿sí? Aqu.. —se interrumpió mientras parábamos donde, me imagino, estuvo su auto—. ¡Mierda! Mi auto.

Derepente escuchamos el claxon de un auto atrás de nosotros. Al voltearnos quedamos de piedra; tras nuestro estaba Samantha. En el auto de Byron. Con una sonrisa de mil demonios. Daba miedo incluso para mí. Ésto parece haber sido sacado de alguna película de terror. La maldita esa estaba por atropellarnos.

—¿Qué estás haciendo con esa perra, amor? ¿Por esa cosa me dejaste? ¡Ésto te mereces por haberme usado para darle celos a tu nueva noviecita! Pensé que ya la habías superado... Oh. Hola, Jane, querida. ¿Cómo te trató la vida después de que se dejaron de hablar? —encima hablaba como si fuese la víctima. ¡Jelooouuuu! Sólo quiero irme con Puppy a mi casa y ponerme mi pijama de bob esponja e irme adormir en mi camita con Puppy y estrenar mi nueva manta con estampado de nutella para soñar con ella y babear la manta. Sólo eso pido. Ya no quiero estar aquí y mis padres me matarán por haber faltado a clases hoy así que, sí, estoy que la destruyo, tanto a ella como a él. Estoy realmente furiosa.

—Wow.Wow. Wow. Primero que nada, bestia. Quedate tranquila porque te puedo romper la cara de un solo puñetazo y arruinar tu perfecta nariz operada y tu manicura barata. Deja a mi mejor amigo en paz y bájate de su auto sino será demasiado tarde para arrepentimientos —intenté hablar lo más civilizada posible.

—¡No me llames bestia! —chilló. Y, ¿saben cuánto odio las voces chillonas como las de ella cuando chillan? ¿No? Pues, las odio hasta el punto de romper yo misma mis tímpanos, y no sería lindo lo que pasaría luego.

—Si, si. Y ahora, si me permites, me voy de aquí. Bye, bye, bestia.

Comencéa caminar y siento que alguien más camina a mi lado. Me giré bruscamente y no hay que ser adivino para saber quién es.

TE LLEVASTE MI LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora