Capítulo 10. "Catfish"

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10.Catfish


Es gracioso todo lo que he pasado estos siete años sin mi mejor amigo; y en verdad muchas cosas me pasaron, como.... bueno, no me acuerdo, pero, en serio, me pasaron tantas cosas que una vez que las recordé no perdí tiempo en contárselo a Byron. Y, aunque lo volví a olvidar, aún recuerdo una, y esa es que extrañaba mucho las galletas que hacía Silvia. Sabrosamente deliciosas.

—¡Jane, baja a cenar! —escucho la voz de mi hermano llamarme y bajo rápido, ¡la pizza ya llegó!

Mis padres no están en casa, así que cenaremos pizza... ¡Yay!

—¡Sí! —exclamo saltando el último escalón con los brazos hacia arriba—.¡Ya llegó! Oh mi Dios, que hambrienta estoy.

—Vas a quedar como la tía Lily —dice Gavin sentándose junto conmigo en el sofá luego de pagarle al repartidor de siempre.

Prendo el televisor y el dvd, pongo una película de mi genero favorito, terror. Lo peor de hacerlo con Gavin es que es muy miedoso. ¿Notan que los roles han cambiado? En vez de ser la chica la miedosa, es el chico; y creo que es peor cuando es mayor de edad y aún tiene una estúpida cuchara de bozz lightyear. Y lo dice la chica que aún duerme con una pijama de bob esponja ¡Já! Bueno, a lo que iba... Hubo una vez en la que estábamos viendo El Conjuro en una parte que mi hermano se asustó me empujó e hizo que me golpeara la cabeza con la tabla de la cama; estábamos en mi cuarto, al pie de la cama. Y no querrán saber qué más pasó.

Mientras empezaba la peli fui a la cocina por los refrescos y chucherías. Al volver había un bulto con mi manta nueva de nutella y a Gavin al lado, puesto que Gav no era, supe inmediatamente qué debía hacer ya que sabía muy bien quién estaba en ella; o sea, la única persona que se atrevería a tocar mis jodidas cosas sin mi maldito permiso aún sabiendo lo que le espera.

Llegué junto a ellos y dejé las dos latas de refresco, una de coca-cola y la otra de pepsi más la bolsa con chucherías encima de la pequeña mesa de centro; donde usualmente ponemos los pies. Y en cuanto ya no tuve nada en las manos me lancé encima del bulto con mi manta, un quejido se escuchó desde lo más profundo de su garganta. Me levanté y ahí estaba, la única persona en este mundo que me logra soportar y me saca rápidamente de mis casillas. Byron Jones.

—Espero que para mañana haya un moretón en donde sea que te haya dado —Byron me miró mal, yo lo ignoré. Nos arreglamos y nos preparamos para la película.


12min. Más tarde


Gav estaba totalmente asustado bajo sus cobijas y abrazado a mí, Byron igual. Y pensar que hace doce minutos puso su brazo encima de mis hombros atrayéndome un poco hacia él mientras decía que me iba aproteger de la malvadas y horrendas caras y gritos que salían ahí, pero él fue quien terminó con miedo y abrazado a mí y, por supuesto, reprochándome que cómo es posible que no me dé miedo como la mierda esa película.

Seguí comiendo mi deliciosa pizza, era extraño que no la haya devorado rápido, pero bueh... seguimos mirando la película hasta que suena un tono de notificación indicando que había llegado un mensaje, noté que era el mío el cual se encontraba sobre la mesa en medio de mucha porquería. Suerte que mis padres salieron hasta mañana en la tarde, así nos daría tiempo de limpiar antes de que lleguen.

Al sonar el celular, los chicos dieron un pequeño brinco, bueno, Gavin dio un brinco un poco más alto logrando golpearme en la nariz y cayéndose del sofá.

Alcancéel celular y lo revisé, era un mensaje de un número desconocido,pero en fin, lo leí.


Número Desconocido:

Alejat d mi hmbre o te are la vida inposible ocsiguenada. Pronto sabras quien soi.


Pues, lo que no tiene de natural, lo tiene de idiotez, y lo que no tiene de neuronas lo tiene de plástico. ¿Cree la bestia que no sabré que es ella? ¡Oh, vamos! ¿Acaso quiere que llame a Catfish?. Esa sin neuronas no tiene por qué demonios meterse conmigo, le costará caro. Además, ¿qué es eso que escribió? ¿Garabatos? ¿Y dónde encontró mi número? ¡Y no soy una oxigenada!


Yo:

Cariño, la ortografía no enamora. Pero escribir bien, es arte. No tus garabatos.

Pdt: ¡¡¡Aprende a escribir, BESTIA!!!

Pdt2: ¡Mi cabello es más natural que tus tetas, bruja!


Justo cuando termino de enviar el mensaje, escucho dos risas muy, por más que crea que la palabra significa algo más, raras. Peor que que lavoz de mi abuela Manuela. Créanme, es mucho peor que una focaretrasada. Byron y Gavin en el piso riéndose muy ruidosamente.

—¿Y a ustedes que insecto les picó? —pareciera que los chicos tuviesen un ataque de epilepsia en este preciso momento—. Seguramente fue una cucaracha, ¡malditos bichos!

Cuando las risas al fin pararon, los engendros de satanás se me acercaron nuevamente por ambos lados, Gavin a mi izquierda y Byron a mi derecha.

—¿Ahora sí me pueden decir de qué demonios se estaban riendo, par de idiotas? —los miré a los ojos muy seriamente uno por uno. Gavin, tomando la iniciativa, se aclaró la garganta.

—Bueno, querida hermanita. Nos estamos riendo porque le...

—Leyeron mis mensajes —lo interrumpí terminando por él—. ¿O me equivoco?

—Muy buena esa, hermana. Así se escribe —elevó su mano y yo se la choqué riendo.

—Gracias. Soy buena con las respuestas.

—No —esta vez fue Byron—. Eres buena con el sarcasmo.

—Ya no creo que sea como antes —terminé mi pizza y el poco de refresco que me quedaba en la lata y me levanté del sofá dando un largo suspiro—. Debo irme. Alguien está esperando a que me conecte a tumblr.

—Primero, te quedarás a terminar la velada con nosotros y luego nos iremos todos a tu cuarto porque somos muy machos que no le tememos a nada y tú eres un pequeña, ingenua y miedosa chica que necesita de notros haya arriba —me quedé mirando a Byron. Estoy segura como el infierno que el chico tiene tanto miedo que ni siquiera tiene el valor de caminar hasta el árbol que está en medio de nuestras casas.

—Bien, pero no soy responsable de las cosas que puedan suceder en esa habitación —los miré seria. Estos chicos me temían más que a una tonta película de terror. Ambos se miraban con cara de susto y me volvían a ver a mí y así sucesivamente.

—Sabes, creo que ya volvió mi hombría, así que mejor me voy yendo a mi casa porque, bueno, probablemente mi mamá debe estar muy preocupada por mí. Adi..

—Está bien, no les haré nada —sus caras se relajaron y se miraron felices.

—¡Si!

Los chicos comenzaron a celebrar; mientras tanto, yo sonreía maliciosamente. Mi sonrisa malvada era pequeña para que no la notaran, aún así la ocultaba cada que volteaban a miraban hacia mí. Luego de eso nos pusimos a terminar de ver la película.






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