Capítulo doce (final): Qué maravilloso amor.

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Chanyeol no era un novio cruel ni indiferente. Al contrario, era amable, apasionado y atento. Los días a su lado siempre parecían brillantes y perfectos, sin importar qué sucediera: bien podías ir con él a un parque de diversiones, al teatro o simplemente quedarse en casa sin hacer nada en particular y aún así el ambiente sería especial. Además, salir con él implicaba sentir que estabas saliendo con varias personas, no sólo con una. Al menos así lo sentía Kyungsoo. Chanyeol tenía un modo de novio amable, un modo de novio pervertido, un modo de novio llorón... a lo largo de las últimas tres semanas había descubierto este cambio de personalidad, pero parecía no tener fin.

Este día, por ejemplo, estaba en modo perezoso.
Se encontraban en el apartamento de Chanyeol, mirando una película de superhéroes. Chanyeol estaba acostado en el sillón y Kyungsoo se encontraba acostado sobre él, como dos koalas abrazándose.

—A pesar de todo, la chica linda se queda con el tipo feo —comentó Kyungsoo—. Qué típico.

—Claro, porque lo ama —dijo Chanyeol—. ¿Tú seguirías conmigo si me quedo calvo, feo y con la piel destruida?

Claro que Kyungsoo se quedaría con Chanyeol. Es decir, probablemente no le importaría que fuera feo o pobre mientras siguiera siendo él. Pero no se lo iba a decir.

—No. Me conseguiría un novio más atractivo.

—Qué cruel eres.

La película terminó y los créditos finales aparecieron en pantalla. Chanyeol tomó el mando de la tv y la apagó, luego llevo las manos a la espalda del tibio cuerpo que se cernía sobre él.

—¿Estás cómodo? —preguntó en voz baja.

—No —murmuró Kyungsoo.

—Yo tampoco.

—Pero no te muevas. Me gusta aquí.

«Aquí» era estar en los brazos de Chanyeol, con el fuerte latido de su corazón bajo el oído y sus grandes manos acariciándole la espalda. La calma y tranquilidad que sentía lo impulsaron a cerrar los ojos.

Chanyeol abrió los ojos lentamente. La habitación estaba iluminada por una luz rosada. Le tomó dos segundos despertarse por completo y un segundo más en darse cuenta de que Kyungsoo seguía acostado sobre él. Sentía la pesadez de su respiración contra el cuello. Pecho contra pecho, sus caderas muy juntas. Le dio un beso en la cabeza y deslizó las manos por debajo de su camisa, hasta entrar en contacto con su piel suave y cálida.

—¿Chanyeol? —habló Kyungsoo con voz ronca.

—¿Sí?

—¿Qué hora es?

—No lo sé —respondió Chanyeol,

Kyungsoo soltó un suspiro y hundió más la cara en su cuello, acariciándole la piel con la punta de la nariz. Aspirando su aroma.

—Hueles tan bien, Chanyeol... —susurró, cambió la nariz por sus labios y lo besó justo debajo de la oreja izquierda—. Tan bien.

Trazó un camino de delicados besos, sacando la lengua de vez en cuando para probar el sabor de su piel, hasta llegar al hueco de debajo de su garganta. Una vez allí lo mordió, succionando, aunque no lo suficientemente fuerte para dejar marca. Chanyeol gimió y cerró los ojos.

—¿Estás despierto? —le preguntó.

—Sí —replicó Kyungsoo, deslizándole los labios hasta debajo del lóbulo de la oreja.

Chanyeol gimió débilmente cuando Kyungsoo le besó el lóbulo de la oreja y se lo succionó con delicadeza. Un destello de deseo se encendió en su estómago y fue bajando.

You Are So... [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora