𝒯𝑜𝓇𝓂𝑒𝓃𝓉𝒶𝓈

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-No puede ser.- Lloró Aziraphale.

Ananteha solo lo miraba con compasión.

-Debe haber un error.- Dijo él al borde del llanto.

-Puedo traer a mi abuela para que rectifique, quizá estoy equivocada.- Le ofreció ella, esperando una confirmación por parte de su paciente, la cual fue con un leve asentimiento de cabeza.

Dejó a un agitado Aizraphale recostado sobre la camilla para ir a por Agnes, quien al llegar palpó con cuidado del vientre robusto de la selkie.

-¿Dices que has sentido náuseas y mareo?- Preguntó la mujer concentrada en su tarea, Aziraphale solo asintió tímidamente.

-Esta mañana no pude tragar correctamente el desayuno, sentía un escozor en la garganta y que todo se regresaba, además de que me he sentido más cansado que de costumbre. Ya no solo porque Gabriel...- Calló ante eso ultimo, sabiendo que no era necesario terminar la frase.

-Aquí.- Indicó Agnes mientras presionaba un punto especifico.- Puedo sentir el bulto, es bastante pequeño. ¿Podría ver tu parte superior?- Preguntó con delicadeza.

-Um... yo...- Estaba avergonzado de que vieran las marcas que dejaba Gabriel. Las mujeres fueron comprensivas y le hicieron saber que no había necesidad.

-Esta bien ¿Has sentido sensibilidad, hinchazón?- Preguntó Agnes.

-Un poco, cuando me visto. El roce de la camisa es molesto y he tenido problemas para dormir boca abajo.-

-Seguro debes tener dos semanas, aproximadamente.- Hizo un cálculo aproximado. Anathema lucía preocupada.

-Aziraphale, voy a hacerte una pregunta muy delicada. Se que no querías un hijo de Gabriel, mi abuela y yo conocemos varios remedios y hemos atendido a muchas mujeres, sin perder a ninguna y sin traicionar la confidencialidad de nadie. Pero esto depende enteramente de su decisión, no te obligaremos a nada.- Le aseguró.

-El problema es que... no se de quien es el niño.-


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Los encuentros entre Cowley y Aziraphale se desencadenaron tras esa noche de pasión. Incluso para evitar especulaciones, hicieron un refugio en el bosque, cerca del lago donde nadaban, teniendo varios encuentros, nunca pensó que se sentaría tan feliz compartiendo algo tan íntimo con alguien, se sentía en el paraíso.

Incluso experimento algo que no creía poder hacer nunca.

-Ooh ángel. Más fuerte.- Chilló Crowley debajo de él, moviendo sus caderas para embestirse a si mismo contra Aziraphale.

Su amado pelirrojo se sentía tan apretado alrededor suyo y se sentía tan bien darle placer, al principio estaba inseguro, puesto que nunca había estado en ese papel antes, pero Crowley le dijo que solo imitara los movimientos que él hacía cuando lo penetraba.

Disfrutaba tanto de los momentos al terminar; Gabriel siempre lo dejaba tirado en algún rincón, llorando y hecho un ovillo, mientras se vestía y se iba a comer algo o a trabajar, en cambio, Crowley lo abrazaba, lo mimaba. Le contó más a profundidad de su abuela y su pasado.

Corazón De Sal [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora