𝐵𝓇𝒾𝓈𝒶 𝒹𝑒 𝒞𝒶𝓁𝓂𝒶

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Durante algunos días, Aziraphale estuvo preparando mudas de ropa a escondidas, se acercaba el invierno y sabía que sería un largo viaje de vuelta a la costa. Sabía que no podía irse inmediatamente o Gabriel le seguiría la pista, teniendo en cuenta donde lo encontró, no sería muy difícil dar con su antiguo pueblo. No veía la hora de irse, Gabriel había descubierto lo sensibles que estaban sus pezones y aunque no sospecho nada raro, no soportaba que prolongara el acto sexual. No soportaba que lo tocara en general, ahora que tenía la piel nuevamente, notó que la sensación de querer golpearlo mientras abusaba de él, era más grande, como si no hubiera nada que lo retuviera. Anteriormente tenía esa sensación, pero su cuerpo parecía obligarlo a someterse, como esa pequeña vocecita en tu cabeza que dice que no hagas algo, que es una mala idea, justamente eso sentía cuando Gabriel lo besaba o fornicaba con él en estos últimos días, pero ahora, parecía que no había nada que se lo impidiera; solo el hecho de que pudiera arruinar el plan, así que por ese lado estaba bien, podría resistir un poco más.

Anathema también le dijo que le daría a Aziraphale algo de tiempo para que pudiera irse, prepararía una infusión que enfermaría a Gabriel lo suficiente para darles tiempo a escapar. 

Aún no le decía nada a Crowley sobre su embarazo, la verdad no sabía como hacerlo, pero si iban a estar en esto juntos, no podía ocultárselo, tenía derecho a saber, después de todo uno de sus hijos se estaba gestando dentro de él.

Llevó nuevamente sus manos al vientre por instinto, sintiendo como se movían ambos seres dentro suyo, los sentimientos del bebé de Gabriel aún eran confusos, pensó que si no tendría al bebé de Crowley quizá, solo quizá había aceptado la propuesta de Anathema, y eso lo hacia sentir como una criatura horrorosa, casi tanto como su captor; un monstruo, pensar deshacerse de uno prefiriendo al otro, pero sabía que era una criatura inocente, no heredaría la maldad de ese ser a menos que le fuera aprendida, cosa que impediría, sabía que formar una "familia" con su captor solo le traería mucho sufrimiento y veneno para sus hijos. Se consolaba con ese pensamiento, 

Aún mientras no estaba Gabriel, solía frecuentar a Crowley, aunque le había pedido no más encuentros sexuales, alegando que estaba algo lastimado, a lo que su amante, sin presiones, accedió, aunque no por ello se contuvieron en besos bastante intensos. Seguía pensando como decirle que esperaba gemelos de diferente padre, esperaba que no lo repudiara por eso.

-Pronto serás libre.- Le prometió su amante de cabello rojo.

Era increíble como el tiempo se detenía cuando estaban juntos.

Entre otras noticias, Anathema le había dicho que Newton, el herrero, le había propuesto matrimonio. Por supuesto que la felicito, lamento haber estado tan inmerso en sus problemas que no había reparado en que la amiga que tanto lo ayudo, también tenía su vida y por lo tanto, pretendientes. Por supuesto también había ido a felicitar a Newton, apenas se hablaban pero ambos se trataban muy bien, con cordialidad. 

Se imaginó por un momento sentir ese tipo de felicidad con Crowley, de que le propusiera matrimonio y vivir una vida los dos felices por siempre.

-Querida niña, se que no es mucho, pero te doy la bendición de una selkie.- Le dijo con genuina felicidad por ella.

-Es bastante, dicen que si un fae te bendice, te espera prosperidad y fertilidad. Confío en que tu bendición se traducirá correctamente.- Le dijo mientras lo abrazaba.


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Corazón De Sal [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora