| 3 |

657 97 81
                                    

10 de Abril de 2022

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

10 de Abril de 2022

-No sé dónde es. -al otro lado del teléfono, Minah suspiró mirando una y otra vez la ubicación que le había enviado Sunoo, quien ya estaba en la fiesta-. Jake le ha recogido a él, pero al parecer le costaba mucho pasar a por nosotras.

Dallia tampoco tenía idea de dónde era la fiesta a la que Riki le invitó, y la ubicación que él le envió a su número era exactamente igual a la que tenía Minah.

-Voy a llamar a Heeseung. -seguidamente, Dallia colgó a Minah.

Marcó el número de Heeseung, y tras dar tono tres veces se escuchó algo entrecortada la voz suave de Heeseung, el mayor de los amigos de Riki y Sunoo.

-¡Espera, Ni-ki, que me ha llamado Dallia! -se le escuchó a él reír y a Riki también. Dallia, sentada en su cama arreglando el bajo de su vestido mientras escuchaba atentamente, percibió una música al fondo. La fiesta había comenzado-. ¿Qué pasa?
-Hee, ¿podrías pasar a buscarnos a Minah y a mí? No sabemos dónde es y ya sabes cómo es ella con las ubicaciones, y además llevando el coche de sus padres... y está oscuro y es tarde.
-Enseguida voy.

Heeseung era como su hermano mayor, y ella la hermanita pequeña del pelinegro. Ambos se querían mucho en el sentido puro y fraternal de la palabra. Por eso, no dudó en aceptar la propuesta incluso si eso significaba interrumpir su diversión por un momento.

Se miró al espejo por última vez antes de bajar las escaleras de su casa y avisar a Minah de que Heeseung había aceptado. Observó su vestido rosado, una elección pésima, pues le recordaba a los pétalos de cerezo que ahora crecían de sus pulmones.

Y en ese momento tosió uno, porque se preguntó: "¿por qué no soy suficiente?"

Comenzaba a acostumbrarse al ardor en los pulmones y el pecho. A la acidez en la garganta y las lágrimas que le salían por la insistente tos sofocante que la ahogaba. Era más común de lo que le hubiera gustado.

Agarró el pétalo minúsculo expulsado entre sus manos, y cuidadosamente lo dejó sobre su escritorio. Cuando volviera de la fiesta, se encargaría de guardarlo junto a los otros, pues todos los conservaba, especialmente el primero, que fue el más grande y llamativo hasta el momento. Decían que daba buena suerte, y aunque verlos solo aumentara su tristeza, de alguna manera u otra quería conservarlos. Eran suyos, llevaban su sangre y crecían en su interior. Y lo que más le hacía querer conservarlos: el causante era Riki y eran pétalos de cerezo, originados en Japón. Su país.

...

Heeseung ya había recogido a ambas, y ambas chicas llevaban en la fiesta quince minutos.
A Dallia aún le costaba salir de noche, aunque estuviera entrando en esa edad en la que a todos los adolescentes les apetecía salir. Veía a gente de su clase con la que Sunghoon tenía una amistad, incluido Riki. Los veía intentar probar el alcohol aunque no pudieran, y a los mayores arrebatándoselos de las manos.

𝐇𝐀𝐍𝐀𝐇𝐀𝐊𝐈 | Ni-ki & Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora