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Daba vueltas por su silla bastante aburrida, entre sus manos traía un portaminas el cuál apretaba con fuerza sacando lentamente la mina. ¡Todo era tan aburrida en aquél caliente lugar! La rubia de cabellos cortos había suspirado.
El día había sido tan aburrido para ella, no había nada interesante en el mundo humano y eso... La aburría de tal forma qué con simplemente apretar el portaminas el aburrimiento se iba de su ser.
── ¡Sasha! ── escuchó cómo su "padre" entraba al lugar mirándola.
Grime un hombre de unos cuarenta o más de años el cuál no se veía tan viejo para su edad seguramente porqué los demonios nunca rejuvenecian cómo tal. Traía una larga barba consigo al igual que un atuendo bastante elegante aunque lastimosamente había quedado sin uno de sus brazos gracias a una pelea casí a muerte por su actual puesto cómo capitán, bastante duro la verdad.
── ¿qué sucede, Grimesy? ── la rubia se levantó con los ojos brillosos mientras lo miraba.
── traigo algo que seguramente te interese...~ ── entre sus manos traía un sobre bastante grande con seguramente múltiples información dada por aquellos demonios quienes se encargaban de mezclarse con los humanos para simplemente sacar información. Dejo aquél sobre encima de la mesa. ── aquí hay más humanos los cuales puedes jugar con ellos y hacer lo que quieras, después de todo son simples humanos.
Sasha sonrió viendo cómo el hombre se alejaba de la sala cerrando la puerta detrás de sí, dejando en la soledad absoluta.
── veamos qué tenemos aquí. ── saco el contenido del sobre encontrándose con varias hojas los cuales mantenían datos hasta fotografías de los mismisimos humanoides.
Leía y leía pero nada llamaba su atención, hasta llegar a una hoja en específico encontrándose con una chica, tez morena, radiante sonrisa, cabellos largos y castaños amarrados en una coleta. Automáticamente Sasha había quedado encantada por tal aspecto y hasta información.
No era novedad que Sasha era la único demonio por así decirlo quién ya mantenían una orientación sexual definida, Bisexual. Aunque usualmente solía atraerle demasiado las mujeres, había algo que en ella que era tan llamativo que los hombres en sí no contenían.
── Anne Boonchuy, veintitrés años... ── comenzó a leer con calma. ── Es Tailandesa pero vive en california, vaya, también es... ¿Herbologa? ── rascó su nuca sin nisiquiera entender aquello se encogió de hombros, para luego dejar la hoja en su escritorio con ayuda de su pie se empujó hacia la ventana para mirar por ella. ── Bueno Anne, tendrás la oportunidad de conocerme además... Serás mía. ── sus ojos se volvieron un tanto rojizos mientras eran reflejados en la ventana, además sonreía de forma extraña.
