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── ¿Qué demonios fue eso? ── preguntó una agitada Anne quién suspiraba ante las ocurrencias de su nueva amiga.
── solo... Me encontré con alguien que hace tiempo no veo. ── suspiró suavemente apoyándose en la pared cercana.
Anne la miró con atención, para luego quedarse pensativa.
── por cierto... Te cuidado con...
── ¿conmigo?
Aquella voz ronca la había sacado de sus pensamientos frente suyo estaba aquella demonio, Sasha Waybright. Tragó grueso. La Tailandesa miró con extrañes a la rubia, era alta y bonita.
El silencio reinó la habitación.
── ¿Quién eres tú?
── Sasha... Sasha Waybright. ── tomó su mano y la besó mirándola de reojo, Anne podía jurar que sus ojos eran de un tono rojizo.
Se sonrojo por esa simple acción.
── Sasha aléjate de ella....
── ¿Celosa, Wu?
Marcy la miró con mala cara ¿Celosa? Para nada, simplemente la cuidaba de ella. Sin previo aviso abrazó a la jóven humana quién realmente no entendía nada de lo que pasaba a su alrededor. ¿Quién era aquella chica, por qué Marcy la estaba protegiendo de ella? Muchas preguntas y pocas respuestas para la pobre humana.
Sasha río de forma suave ante las acciones ajenas.
── no entiendo nada... ¿Marcy?
── Anne no puedo explicar...
── Pero yo sí, las tontas reglas en el mundo angelical no la dejan decir nada, pero literalmente yo sí puedo. ── sonrió de forma ladina, alejando a la azabache de su próxima víctima. ── Verás Anne Boonchuy, soy un demonio y... ── tomó su cintura acercándola a ella. ── tú serás mía sin importar qué.
Anne se había congelado ante tal afirmación, aquellos ojos azules eran tan penetrantes que la hacían perderse en su mundo. Marcy miraba todo con atención, mordiéndose la lengua quedándose pensativa. Si Sasha usaba sus encantos cómo demonio lujurioso estaría bastante jodida. ¡No debía permitir aquello!
── ¿Qué? ── murmuró la castaña sintiendo su respiración chocar con la ajena, sus nervios eran tan grandes.
── lo que escuchaste, preciosa. ── le sonrió de forma pícara para luego alejarse de ella y desaparecer de vista de ambas chicas.
