Capítulo 8

27 0 0
                                    

Entré en la comisaría, me quedé en la entrada contemplando a toda la gente moverse de un lado a otro sin ningún sentido, estaba buscando a Carlos con la mirada pero nada de nada , no le encontraba.

- Ángela!, ¿te puedo ayudar?

Una voz masculina me hablaba desde la parte de detrás de mí y posaba una de sus manos en mis hombros, me giré para ver quien era, lo primero que vi era una gran sonrisa en su rostro con unos dientes bastante blancos.

- Hola Aarón, estaba buscando a Carlos, quería hablar con él- mi voz sonaba bastante decaída, me quedé mirando incómodamente su mano posada en mi hombro, debió de notarlo porque enseguida la apartó de mi metiéndola en el bolsillo de su chaqueta y se quedó mirando al suelo.

-Bueno, te puedo ayudar, yo también llevo el caso de tu amigo, si quieres claro, pero Carlos ha ido a ver a su hija hasta la tarde no llegará.

- Pues me conformaré contigo entonces- le dediqué una sonrisa.

-Perfecto.

Me llevó a un despacho gris con bastantes estanterías llenas de cuadernos y papeles y con una mesa de madera en el centro, él se sentó en la silla más cómoda y yo en la de enfrente de él, esta no era tan cómoda.

- Bueno, tu dirás.

-Necesitaba saber exactamente lo que pasó con mi amigo.- se me quedó mirando durante largo tiempo, apoyó sus codos en la mesa, cruzó sus manos apoyándolas en sus labios.

- te lo diré, pero ni una palabra a Carlos, el material que te daré está registrado como secreto, ¿lo entiendes?

-Sí

- Adri, fue asesinado, en un principio pensamos que había sido por una sobredosis debido a que eso fue lo que salió en los resultado y a su largo expediente de drogas, pero algo no nos cuadraba y decidimos hacerle una segunda autopsia y esta vez más afondo, perdona que te lo diga, esta vez decidimos abrirle , no se si me entiendes, el caso, es que no encontramos nada.

- ¿ No entiendo, entonces como supieron que era asesinato?

- Por eso mismo Ángela, por que ahí dentro no había nada, no tenía ni órganos ni nada, nos quedamos alucinados por que en su cuerpo no había ninguna marca de que se le hubieran extraído los órganos y seguimos sin encontrarle explicación alguna.

La madre que me parió y con perdón, me tiembla todo el cuerpo, estoy pálida, mi estómago ruge y no de hambre, el ácido nucleico lo tenía en la garganta, si ese que te hace vomitar, no pude aguantar y eso fue lo que hice, echarlo todo, al menos me dio tiempo a coger la papelera.

Aarón abrió la ventana para que entrase el aire frío, se acercó a mi, me levantó despacio para acercarme a su silla y llevarme junto a la ventana, si, ahora mucho mejor, se arrodilló quedando a mi altura, me ofreció ir a tomar algo y así me calmaba, cogió su abrigo, se lo puso, me agarró del brazo para apoyarme en él, no lo soltó desde la comisaría hasta la cafetería, él se pidió una taza de café y yo de tila, para calmarme un poco, solo había silencio hasta que el decidió posar su mano encima de la mía, me miraba con pena, como pidiéndome perdón por habérmelo dicho.

-Lo siento mucho Ángela, se que puede ser duro lo que te acabo de decir en comisaría, estamos trabajando muy duro, nadie sabe como a podido ocurrir una cosa así, hemos pedido ayuda a las autoridades de la ciudad, en poco estarán aquí instalados, ellos tienen mejor equipo y nos podrán ayudar, el hombre que examinó a Adri también a pedido ayuda a un viejo amigo suyo cree que podría estar todo relacionado con algún rito, pero nada es seguro, te pido por favor que no le digas nada a nadie, podría complicar la investigación.

Si necesitas cualquier cosa, si necesitas que te escuche aunque no sea relacionado con la investigación ahí estaré para ti, no dudes en contar conmigo, e incluso si solo quieres ver una peli cuenta conmigo- ambos nos reímos, realmente no sentía nada por él, pero es él el que está ahora aquí conmigo y nadie más, se siente a gusto, no , no dudaré en avisarle.


Estaré ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora