Capítulo 1

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Era invierno cuando sucedió todo, la nieve cubría las calles de piedra de Calmer, los más valientes que se atreven a salir a la calle son los niños que jugaban con la nieve y yo que me aburro en mi casa, mi lado masoquista ha decidido salir a la calle a pasar frío y obligar a mis dos mejores amigos a que sufran conmigo.

A mis dieciocho ya no mantienes todas las amistades que has ido haciendo en la vida, ahora maduras y empiezas a darte cuenta de lo que de verdad quieres en ella, vale que Adrián no es del todo la mejor opción, lo sé, pero es una persona que necesita la compañía de buenas personas, como Ema y yo.

Adrián siempre fue problemático, decir tiene que le conocí en una fiesta de cuarto curso cuando intentó venderme una bolsita de droga, quien me iba a decir que ese chico de ropa desgastada y aliento asqueroso sería el que me terminase llevando en su coche verde puré destartalado a mi casa, quien me iba a decir que iba a terminar siendo mi amigo.

A Ema la conocía desde primaria, yo tenía una muñeca y ella otra, asique nada, a jugar.

Los tres habíamos cambiado desde entonces, Ema ahora era una chica alta, pálida y con pecas por todo el cuerpo, pelirroja, su carácter había cambiado; ahora era terriblemente irresistible y esa timidez que la caracterizaba antes ahora era parte de ese encanto.

Adrián había madurado considerablemente, recuerdo cuanto nos sorprendió cuando nos dijo que había decidido hacer ciencias. Se había convertido en un chico atractivo, soy su amiga sí, pero la vena del brazo cuando se le marcaba me derretía hasta a mí, se había dejado el pelo rubio un poco más largo y en sus ojos marrones comenzaban a salir motitas verdes.

Yo pues... tengo el pelo azul. No soy consciente de mi cambio emocional, si soy madura o no, si ahora sigo pareciendo una niña o si soy una mujer, sinceramente nunca somos capaces de ver nuestros cambios personales.

Estaré ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora