|| Mamá Mexicana/Latina ||

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A veces lo que más se necesita es a una madre, una dulce madre que te consuele, apoye, de consejos, te de una mano para levantarte, aquella figura que siempre te amara sin importar las cosas, sin importar lo que hagas, digas, ella nunca se va a separar de ti.

Ese es el roll que ahora estaba llevando Nakahara en los ultimos días, parecía que Dazai, se esforzaba cada vez más en complicarle la existencia, sumando que Atsushi y Akutagawa eran como ovejas siguiendo a la otra.

La mañana comenzaba con el pelirrojo haciendo el desayuno, hasta el día de ayer hacía tres desayunos diferentes, Chazuke para Atsushi, Omelet para Akutagawa y Cereal con Leche para Dazai, se comía lo que sobraba, pero hoy no iba a ocurrir eso.

-Chibi, ¿Qué es esto?

-sirviendo la comida- tostadas de huevo con aguacate, te callas y te lo tragas

-comiendo el huevito- le falta sal

-pues te paras y la traes

-...

-Chuuya-san, ¿Se encuentra bien?

-Si, ahora se sientan a comer y terminado, van y lavan su plato, que mochos no están

-comiendo la tostada- ush, alguien amaneció de mal humor

-y alguien amaneció más pendejo que nunca...-ve a Atsushi- y no repitas lo que escuches

-asiente mientras come-.

Terminado el desayuno, Akutagawa y Atsushi estaban lavando sus platos, en cambio Dazai les había dado su plato para que lo lavaran.

Oh que grave error el que ha cometido.

Un chico bajito estaba de brazos cruzados con una chancla en la mano viendo a un castaño arriba de un árbol.

-bájate

-tu baja el arma

-¿Arma? Pero si solo es una chancla

-...en la forma que la sostienes y conociéndote, cualquier cosa para ti sirve como arma

-bájate, no te voy a pegar

-esa ya me la se

Mientras ellos discutían, Akutagawa se sentaba a ver la pelea, ya le estaba gustando aquellas escenas del soukoku, por el simple hecho de que aprendía nuevos insultos por parte de Nakahara y formas de escape por parte de Dazai a su lado estaba Atsushi hablando por teléfono.

-¡Bájate o te bajo a golpes!

-¡Atrévete!

Una chancla dio en su rostro.

-asobandose- se atrevió

-recoge la chancla- si...todavía estas a tiempo de bajar sin que pase a más

-¿Más...?

-traigo el palo

-¡Ya me bajo!

Mientras el castaño bajaba del árbol, un albino se acerca a donde estaba el pelirrojo.

-Nakahara-san...

-dime Atsushi, ¿Paso algo? ¿Quieres algo? ¿Te hicieron algo?

-negando- es que, Kunikida-san me acaba de asignar una misión para mañana junto a Dazai, yo tengo problemas para levantarme antes de las seis, pero Dazai...

-entiendo, si tienen trabajo y los citaron a una hora, yo te ayudo a levantar al bastardo

-gracias Nakahara-san

Una Convivencia PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora