|| Clases (Parte 2) ||

871 112 16
                                    

Se puede ver un auto a máxima velocidad, prácticamente eso ya no era conducir por las calles, eso ya era volar por las calles, pero bueno, ¿Quiénes somos nosotros para criticar?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se puede ver un auto a máxima velocidad, prácticamente eso ya no era conducir por las calles, eso ya era volar por las calles, pero bueno, ¿Quiénes somos nosotros para criticar?

-¡Aaahhhh! ¡Hijo de la verga! Wey no mames... Aahhh a la verga, ¡Pareces cristiano wey! No mames, le das con una puta fe al acelerador, pero no te pases de pendejo wey

Un pelinaranja iba rebasando los límites de velocidad, a su lado iba el castaño enterrando las uñas y atrás...

-llorando- señor~ me has mirado a los ojos~

-observa a Atsushi- esta muy asustado, que patético... -siente como acelera más- Padre nuestro que estas en el cielo...

-¡Quita tu pie enano de ese acelerador!

-¡Cierra el hocico! ¡Vamos tarde!

-pinche pie pequeño, de la única forma que vamos a llegar, va a ser muertos

-puta, premio doble para ti

Con esas palabras acelero todavía más, lo que hizo que los chicos en la parte de atrás casi vomitaran lo que habían almorzado.

-Además... La vida ya no tiene sentido, ¿No Dazai?

-¡No mames Chuuya! ¡Era puro pedo lo de morir!

Un par de minutos despues...

Se puede ver a un pelinaranja frente a una puerta fresco como lechuga.
Tras él estaba un pelinegro devolviendo su desayuno, un albino besando el suelo y un castaño dando gracias por no haber muerto, algo que nadie creyó.

-ve su reloj- mira, con tres minutos de sobra

-Ch-...Chuuya-san ¿Por qué?

-¿Por qué, que?

-¡¿Por qué condujo como loco?! Digo... Tan acelerado

-por que se me pega la puta gana

-....

-Chuuya-san

-¿Ahora qué?

-Jinko tiene razón, usted no conduce tan rápido... Es más probable Dazai que usted

-El pendejo ni manejar sabe

-Por lo mismo

-¿Qué?

-¿Qué?

-¿Entonces qué hacemos aquí?

-Dazai, diles

El castaño se acercó muy alegre a los dos menores, cosa que los asusto, verlo sonreír de esa forma significaba dos cosas:

1. Algo malo iba a pasar

2. Trauma nuevo

Antes de que hablara, un albino se acercaba muy sonriente, acompañado de un azabache y un bicolor.

Una Convivencia PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora