La Dama De Cristal

𝙽𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊

—¿Ya debes irte? —Preguntó somnoliento después de sentir un peso a su lado.

—Si, debo tener todo preparado para la reunión de los líderes—Contestó viendo como su pareja agachada su triste mirada, se acercó y plantó un suave beso en los labios ajenos, le dedicó una suave sonrisa y beso también su frente—Te prometo que pronto nos casaremos. —Acarició la mejilla pecosa de su pareja.

—No sabes cuantas ansias tengo—Contestó apoyando más su rostro a la mano de su pareja.

Compartieron un último beso y el pelinegro un día más podía salir con una sonrisa de su hogar.

Su suegra ya no estaba, la mujer dio su bendición a ambos para su relación y para su futura boda antes de partir, dejaba a su hijo en manos seguras y con una felicidad plena, la boda, la cual no tenía una fecha definida porque siempre era retrasada por las labores de él.

Su amado pecoso a sido tan paciente con él, que a veces no sabe que hizo bien para tener a ese ser tan bello a su lado.

Toda su vida se la pasó trabajando, pudo tenerla fácil, si decidía seguir al pie de la letra lo que su padre quería.

La familia Shimura, personas de buen estatus e imagen, Tenko Shimura el hijo menor, no iba a aceptar lo que su padre quería, habían forzado a su hermana a casarse con un tipo que no conocía, no eran necesarias las palabras para notar lo infeliz que Hana era en ese matrimonio pero eso a nadie le importaba.

Cuando tuvo la oportunidad, escapó, sin dejar rastro alguno, rechazando todo vínculo con su familia. Comenzó como un recolector más del nuevo, pequeño y desconocido pueblo, con gran y pesado trabajo por ser nuevo en el lugar, la ganancia le alcanzaba solo para poder comer, no tenía un lugar donde dormir pero habían personas que le daban un alojamiento de vez en cuando y así fue durante un año al menos hasta que se convirtió en uno de los mensajeros del líder del pueblo, especificamente uno de los más explotados, que en su caminata entre el pueblo conoció al ser más bello del lugar, tenía un llamativo color de cabello al igual que esos grandes y hermosos ojos, traía unos estropajos encima como ropa, que fácilmente eran opacados por esa sonrisa tan brillante como el sol.

Para su mala suerte, la primera impresión no fue buena, fácilmente se dejó llevar por lo físico y lo confundió con una dama, no fue del todo malo pues el pecoso se rió ante la confusión pero no se lo tomó mal.

La primera charla fue muy corta, él estaba contra el tiempo y el pecoso debía volver a su casa a cuidar a su madre.

Izuku Midoriya, era un recolector, tomó el lugar de su madre después de que esta enfermó, ya había cumplido con un encargo así que estaba volviendo a su hogar.

Talvez también fue grosero aparecerse frente al hogar de ese hermoso Ángel con nuevas telas para que usará, su obsequio fue negado, él creyó que talvez él pecoso merecía algo mejor y volvió días después con nuevas prendas, algo que incomodaba al chico peliverde, resultaba que ya había pasado por algo similar antes, a él solo le entregaban obsequios a cambio de algo.

Y muchos se iban molestos por el supuesto engaño pues no sabían que esté era un chico y no una chica, pero el pelinegro era consciente que era un chico, entonces el joven peli verde no comprendía porque seguía insistiendo en traerle trajes más "descentes“ de lo que traía puesto.

El trabajo lo mantenía ocupado físicamente pero en su mente no había minuto que no estuviese el chico peliverde, para él fue extraño, la sensación que sentía cuando estaba con el pecoso nunca la sintió cerca de las mujeres, sería posible que ¿este enfermo? era la pregunta que se hacía todas las noches antes de dormir, siempre llegando a lo mismo no son los hombres en general ni las mujeres, solo era Izuku.

Se sintió mal, talvez solo se interesó por la belleza que cargaba el chico, entonces intento evitarlo, las pocas veces que paseaba por el pueblo el pecoso intentaba hablarle pero él no hacia más que huir despavorido.

Lastimando sin querer al joven peliverde que creía que su nuevo amigo se había arrepentido de conocerlo.

Pero después de tantas cosas, entre buenas y malas, malentendidos, lloriqueos, coqueteos, logró estar con su pecoso, también luchó por ganarse la confianza de madre del chico, quien después de un tiempo le dio su consentimiento y le dio un lugar en esa pequeña casa, él vivía solo para darle lo mejor de lo mejor a su bello novio .

Siempre salía muy temprano de casa, dejando a su novio solo, haciendo quehaceres, a veces llendo a ayudar a las mujeres que recolectaban o cuidaba a los niños del pueblo, él intentaba hacer las cosas lo mejor que podía, como sirviente principal del líder, quería poder pedirle unos días de descanso para su boda, por eso siempre estaba como un perro faldero.

—¿Boda?

—A-ah si señor, mi pareja y yo estamos comprometidos hace ya un tiempo y a esperado pacientemente por la boda, solo necesito unos días. Porfavor señor permítame tomar un descanso. —Contestó nervioso, al fin tuvo el valor de hablar a solas con ese hombre, quien no hacia más que sentarse en la silla principal esperando que hagan todo por él.

El hombre tarareó un momento, mientras Tenko estaba hecho un manojo de nervios, realmente esperaba que se lo permitiera, quería poder hacer feliz aún más a su pecoso, llegar a cumplir su promesa.

—¿Cumpliste con lo que se te pidió? —Preguntó el hombre entrelazando sus dedos.

—Si señor

Rápidamente su actitud se volvió un poco más seria, apretaba los puños por lo molesto que era el tema, ese hombre tenía el descaro de engañar a su mujer y él debía ser el que se encargue de que las mujeres no hablen o incluso deshacerse de ellas, era asqueroso limpiar sus desastres de su tan "respetado" líder pero debía hacerlo, era necesario.

—Bueno y ¿Quién es tu prometida?

Tenko entrecerró sus ojos mientras el hombre mantenía una sonrisa escalofriante en su rostro.

—Es alguien muy bello, señor, un recolector del pueblo.

—Oh, crei que todas las mujeres de ahí estaban casadas ¿Será que te casaras con alguna viuda?

Realmente comenzaba a molestarle esa sonrisa y esa extraña mirada—Para nada señor y creo que casarse con una viuda tampoco este mal, pero mi pareja es algo joven, es alguien puro y nunca a estado casado antes.

El hombre vaciló un momento—Hablas muy bien de tu pareja, Tenko. ¿Que tiene de especial esa mujer, que la distinga de las demás?

"¿Porque sigue refiriéndose a él como una mujer? "

Una vez más apretó sus puños detrás de su espalda antes de volver a hablar—Creo que no es importante hablar sobre el aspecto de mi pareja, señor, si mi petición  fue rechazada, me retiraré—Dijo dándose vuelta para salir.

—Espera—Tenko se detuvo ante la orden y vio de reojo al hombre—Quiero conocer a tu prometida, después de todo, no puedo permitir que mi más leal seguidor sea engañado por una mujerzuela.

Continuará...

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Lo dije antes tengo un gusto por los cambios de tiempo xd
Así que un pequeño inicio sobre la historia de Tenko e Izuku