La Dama De Cristal

IX

—¿Qué es lo último que recuerdas?

Volvió a dar una vuelta por el cuarto del pecoso cuando lo encontró despierto, mirando pensativo a un punto fijo en la pared, era comprensible su estado, llegar a un extraño lugar sin nadie que conocieras a tu alrededor, era tenebroso.

Así que se sentó a su lado, el joven examinó con su mirada y esta le sonrió, intentando darle confianza antes de lanzar su pregunta.

—Ayer era el Festival de muertos, fui a visitar a mi familia y a mi prometido.. —Hizo una pausa apretando en sus manos el cobertor, ya esperaba escuchar algún comentario de disgusto, buscaba entre sus pensamientos la respuesta que daría sin ofender demasiado a la anciana mujer, pero el comentario nunca llegó, el gesto de repulsión no se veía en el rostro de la fémina, solo esperaba la continuación del relato, así que continuó con cautela—Pero algo sucedió, de repente hubo un temblor y... —cerró sus ojos intentando recordar—..depronto ¿me dormí?—Dijo inseguro—S-señora ya me encuentro mejor ¿puedo irme?—Preguntó fingiendo una sonrisa

—Querido, no puedo dejarte hacer eso—Explicó sonriéndole con lastima—Alguien que conozcas debe venir a recogerte...No puedo dejarte ir solo así porque puedes volver a colapsar.

—¡Puede llamar a la Familia Iida! E-ellos me conocen dígale que es de parte de Izuku—Exclamó eufórico, la mujer abrió sus ojos de sorpresa, alertando al pecoso.

—Chico, la familia Iida ... falleció hace años..

El pecoso ahora fue el de la sorpresa, estaba completamente confundido.
¿Qué sucedió?¿Donde estaba?,por instinto puso su mano en medio de su cuello, donde antes estaba su collar, en sus malos momentos siempre lo agarraba, le daba fuerza,era una forma de sentir la fuerza y protección que le proporciono su ex pareja hasta su último aliento.

—S-señora...¿Sabe dónde están mis cosas?

—Una de las chicas que te trajeron se la llevó...Ellos vendrán ...es mejor que los esperes, talvez te puedan explicar mejor las cosas.

La anciana se levantó con ayuda de su bastón y se despidió del peliverde con una sonrisa, mientras esté a duras penas le respondió de la misma manera.

(...)

—¡Anciana!—Su grito llegó perfectamente a los oídos de la mujer que tan solo estaba a dos metros de él.

"Mocoso insolente"

La mujer frunció él ceño y dándole cara lo amenazó con golpearlo con su bastón si volvía a levantarle la voz, rápidamente y avergonzado el joven cenizo se disculpó en reverencia, había dejado su puesto y a su padre al ver a la mujer pasar por el mercado, quería pasar temprano pero le fue imposible no deshacerse de sus deberes, pero reaccionar le tomó más de un minuto y terminó siguiéndola entre gritos.

—Bien¿Qué es lo que querías muchacho?—Preguntó satisfecha de la disculpa.

—Sobre el estado de... —Recordó que aun no sabía su nombre y agitó su cabeza—¿Ya despertó?

—¿El chico peliverde?—El cenizo asintió y la mujer soltó un "oh" despreocupada.—Él está...bien...Pueden pasar a verlo más tarde, debo hacer mis compras, oh...y espero verlos a todos, necesito saber de donde lo trajeron...—La anciana le sonrió y siguió su camino entre los puestos, el cenizo desconcertado se quedó parado en medio camino mientras veía como la fémina se perdía entre la multitud, volviendo a sus sentidos decidió pasar por la casa de los Ashido, muy bien sabido era que Kirishima se encontraría ahí.