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INICIO DEL ARCO FINAL
︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽︽Kyojuro
Me levanté muy temprano junto con mi padre y seguí la rutina de siempre: hacer 1000 de todo, como sentadillas, flexiones, abdominales de cabeza en la barra, movimientos con la katana, saltos... y repetir todo.Me había puesto muchas antorchas grandes rodear el patio y el calor del sol me hacían sentir que estaba verdaderamente en el infierno, pero según él, era para afianzar mi cuerpo y hacerlo más resistente a la temperatura específica para mi respiración. En días en los que no había mucho que enseñar, me ponía a meditar con antorchas prendidas en el dojo y así llegar a entenderme con las llamas ardientes.
—¡Otra vez! —me golpeó con el bokken el doblez de mi rodilla —¡Eres demasiado lento!El fuego y yo debemos ser uno, a ver si no me rostizo vivo.
—¡Otra vez! —dijo molesto —¡Tu cuerpo no reacciona a lo que tu cabeza quiere! ¡Haz treinta abdominales! —me castigó.
—¡Estoy dando lo mejor que puedo!
—¡Pues das muy poco!Sí, seguía siendo alguien muy terco y duro, pero al menos me estaba entrenando y aguantaba más días seguidos sin una pizca de alcohol. Hasta se ponía a entrenar conmigo y mi hermanito en los días que no recibía su entrenamiento.
Me levanté nuevamente y tomé la katana haciendo todas las posturas de la primera hasta la octava, pues ya novena: Purgatorio, la practicábamos siempre en un espacio más abierto por los daños que llegase a causar.
—¡La séptima te sale mal! ¡Otra vez! —tomó su katana y me enseñó como. Con golpecitos me acomodó los tobillos en la tierra y me golpeó el abdomen con la palma abierta —Tu abdomen, debe estar tenso... relaja los hombros y abre el pecho... ¡Ataca, ahora, ahora!
Y no mencionemos los combates cuerpo a cuerpo, en esos era donde podía lucirme y sacar todo lo que había aprendido y me salía mejor. Aunque cuando se trataba de duelos con las espadas, mi padre recalcaba una y otra vez que hasta que no pudiera derribarlo, no podría estar listo para enfrentar a Akaza.
—¡Con fuerza! —gritó —¡Sé más rápido! Estudia mis movimientos, niño necio —se señaló los ojos y luego me golpeo la frente con dos dedos —Con-cen-tra-te... Mientras peleemos no soy tu padre, tampoco soy tu maestro, deja que tu corazón encienda un poco el coraje y el odio para pelear... ¿estamos?
—Estamos. —Levantamos las katanas.
—¡Ahora!Y nuevamente, volví a caer ante su espada.
—¡Senjuro! ¡Sentado sobre la espalda de tu hermano! —me señaló —Terminamos por hoy, entren cuando hayas acabado tus doscientas flexiones.
—Sí padre. —Suspiré volviendo a hacerme le coleta, estaba húmeda de tanto sudor. —Con ese potencial harás que Takahashi en persona venga a jalarte los pies en la noche —dijo molesto entrando a la casa.Senjuro se acercó no sin antes hacerle una reverencia a mi padre y me ofreció agua fresca, luego se quitó su haori blanco y me esperó paciente. Me puse boca abajo y el niño se sentó en mi espalda.
—¿Si has sentido cambios desde que entrenas con él? —me preguntó.
—Claro —me quejé cuando llegué a las primeras cincuenta flexiones y me detuve con los brazos estirados, antes de volver a bajar pecho tierra y subir otra vez —. Todo cambió... incluso hasta la forma que tenía antes de pelear, no la recuerdo bien.
—Vaya... ¿y eso te hace sentir feliz?
—¡Por supuesto! —solté aire por la boca inflando las mejillas —¡Es algo fascinante! A veces me cuesta creer que es padre quien me entrena personalmente.
—¡Se te ve en el semblante lo feliz que te pone eso!
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Cartas al sol ||Kyojuro Rengoku||
Fanfiction❛❛𝗠𝗶𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗻𝗼 𝗽𝗼𝗱𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗻𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗰𝗵𝗮𝗻𝗰𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗶𝗿 𝗰𝗮𝗿𝘁𝗮𝘀... 𝗕𝘂𝘀𝗾𝘂𝗲𝗺𝗼𝗻𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗶𝗲𝗹𝗼 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝘃𝗼𝗹𝘃𝗲𝗿𝗻𝗼𝘀 𝗮 𝘃𝗲𝗿.❜❜ ❛❛ 𝐕𝐨𝐲 𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐯�...