|Por favor, vive|

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Hakku

Mientras Rayo cabalgaba lo más rápido que podía, yo usaba mi respiración para poder controlar el sangrado en mis heridas. Ganaría tiempo y ayudaría a mi cuerpo a sanar cuanto antes.

Me tallaba los ojos cuando sentía las lágrimas aparecer, estaba demasiado asustada, tenía miedo de llegar y encontrar el cuerpo inerte de Kyojuro o encontrar algo totalmente inhumano a manos de un demonio.

—¡Agh! ¡Maldita sea! —grité junto a los rayos en el cielo —¡Deja de pensar, Hakku! ¡Ya deja de pensar!

Me aferré a las riendas y las agité una vez más acelerando al caballo. Mi dolor empezaba a hacerse menor conforme sentía el miedo y el coraje distraerme, mi pecho ardía por respirar tanto por la boca y mi garganta estaba reseca.

—¡Voy a salvarte, Kyojuro Rengoku!

Cuando las vías del tren se hicieron presentes en mi camino, divisé a lo lejos una columna de humo levantarse entre los árboles después de un estallido, aunque se perdía por el velo de la noche.

Bajé de Rayo con un salto y empecé a correr activando una vez más la respiración de concentración total. Llegaría más rápido en este tramo, además quería dejar un rastro "falso" en caso de que los demonios que estuviesen cerca me hayan seguido por el olor de mi sangre.

Entre los árboles vi el haori verde y negro de cuadros de Tanjiro y la cabeza de jabalí... ¡sin duda eran ellos! Y sentí un alivio enorme en cuanto los vi, seguramente ayudaron a Kyojuro...

Pero entonces... cuando el humo de ese escenario tan sombrío empezó a irse...

—N-no... —el golpe en mi pecho se hizo presente otra vez y toda la culpa del pasado recayó en mis hombros una vez más.

El demonio de cabello rosado, había le había atravesado el torso a Kyojuro con su brazo. Su puño salía tras su espalda lleno de sangre que goteaba.

—¡Ya no te queda tiempo Kyojuro! ¡Dime que serás un demonio! —le gritó el demonio con preocupación sin sacar su brazo del torso del rubio —¡Eres de los pocos elegidos, no puedes terminar así!

Kyojuro lucía totalmente en shock, tosió sangre y fue como si yo sintiera su dolor... Un golpe en el abdomen que no cesaba su dolor y sentir que te asfixiabas cada que querías tomar aire.

Y entonces pasó lo impensable... entré al mundo transparente, al territorio supremo, justo cuando sentí que caería de rodillas por la impactante escena.

«Akaza, su nombre es Akaza... ¡no dejes que se vaya! —dijo Koji en mis pensamientos»

Blandí mi katana contra el brazo de Akaza para separarlo de Kyojuro, mi katana cayó al suelo y el demonio estaba tan impactado como el rubio por mi aparición... Mis puños emanaban esa luz blanca combinada con relámpagos e incluso podía sentir que la misma luz salía de mis ojos.

No le di tiempo para reaccionar ni defenderse, solté varios golpes a su rostro hasta alejarlo lo suficiente y la tormenta sobre nosotros soltó varios truenos contra el cuerpo del demonio. Los estruendos me lastimaban los oídos y me retumbaban la cabeza como un zumbido.

—¿Y tú quién eres? No pude percibirte... —dijo en cuanto se levantó y su expresión cambió totalmente —Ese espíritu de lucha... es impresionante... te conozco...

«Respiración de la tormenta: Onceaba postura: Sigilo del trueno... estilo de pelea»

Ese demonio no usaba alguna clase de técnica que requiriera armas, entonces yo tampoco las usaría... Mi cuerpo reaccionaba en automático a los ataques de Akaza una y otra vez como si los conociera y podía moverme antes que él. Veía sus articulaciones y el flujo de su sangre hasta su cerebro manteniéndome del territorio supremo, pero él nada más me esquivaba y corría de mis golpes.

Cartas al sol ||Kyojuro Rengoku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora