|Decisiones|

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Kyojuro

Mi misión había resultado más complicada de lo que imaginaba, nueve de mis compañeros habían muerto y entre ellos estaban los chicos que conocí en la selección final.
Sus cuerpos estaban contra los árboles y el cuerpo de uno abrazaba a un niño llorando. 

—Ah... tú eres los refuerzos... no te preocupes. Los maté a todos... pero quedó uno vivo —habló el demonio con una sonrisa maliciosa—, podrás ver a todos tus camaradas en el más allá en unos instantes.

Mi presentimiento sobre sus muertes fue real, pero no creí que fuese tan pronto. Entonces recordé las palabras que dijo mi padre: "La muerte viene a menudo por camaradas con quienes antes compartiste risas."

Los demonios son realmente horribles.

Toda la impotencia que sentía se concentró en mis manos, el calor aumentó desde mi pecho hasta la punta de mis dedos.

«Respiración de la llama. Cuarta postura: Ola de llamas ardientes»
Blandí la katana en un círculo desviando el ataque, tenía perfecto control de mi cuerpo en ese momento así que empecé a correr sin dejar de verlo.

Entre sus dedos había una flauta y tocaba una melodía horrible en ella, instintivamente me tapé los oídos quedándome quieto. El demonio formó a dos figuras caninas entre el humo y su melodía, el lugar olía muchísimo a sangre y lastimaba mi nariz... el demonio seguía hablando, no iba a poder moverme con la katana mientras me tapaba los oídos.

—Mientras estés así serás inútil contra mí, ¿Cómo piensas usar tu katana? —soltó una carcajada burlona, solo escuchaba ecos de su voz muy a lo lejos— mi flauta actúa sobre el sistema nervioso de mis victimas... ¿¡qué vas a hacer?! Mis perros te comerán antes de que puedas hacer algo...

Mis pensamientos estaban disparados, uno tras otro... mi corazón latía con rapidez y podía escucharlo latir, mi cuerpo aumentó la temperatura entre la adrenalina y el coraje, también sentía miedo. El entrenamiento de todos parecía ser insignificante en cuanto este demonio tocaba su flauta.

Me dolía la cabeza de tanto apretar mis orejas, tenía la mirada perdida sobre los cuerpos de mis compañeros. Entonces entendí... /pongo frase del gaiden/

"La vida es una serie de decisiones, y no siempre tienes decisiones infinitas ni tiempo infinito para pensar, pero lo que escojas hacer al instante define quién eres. El salvar la vida de otras personas es algo hermoso... mis compañeros sacrificaron sus vidas y no la fama o reconocimiento, sino porque sintieron que debían hacerlo. Y su decisión en ese momento era el clamor de sus almas."

El chico de la coleta había dejado su mano izquierda en una seña... "una flauta" si dejaba que el demonio me manipulara con la flauta, el niño que sobrevivió moriría y el sacrificio de mis compañeros sería en vano.

¡Muévete, Kyojuro!

«Respiración de la llama. Primera postura: Mar de fuego»
De un momento a otro, había decapitado a sus perros y al demonio quien estaba totalmente pasmado. Sólo pude mirar al cuerpo deshacerse... el demonio hablaba, se quejaba, pero no podía escucharlo...

El niño que lloraba salió corriendo de entre los cuerpos para ir directo a abrazarme y no pude estar más en paz.

—¿¡Cómo lo hiciste?! ¡¿Qué fue lo que hiciste?! ¡Es imposible que me hayas derrotado! ¡Me iba a convertir en una de las lunas! —Leí los labios del demonio, lucía muy frustrado.

—Mis compañeros me dieron una pista en lenguaje de señas... la melodía de la flauta fue lo que los asesinó. — Hablé midiendo el volumen de mi voz, aunque no me escuchara.

Cartas al sol ||Kyojuro Rengoku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora