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Sábado 13 de diciembre 2014, 2 semanas después

A Yoohyeon le quedaba aún una semana de rodaje para terminar la película en Canadá, sin embargo esta vez fue muy diferente a la anterior cuando estuvieron separadas casi un mes, esta vez invitó a Minji a disfrutar y conocer otro lugar. No durmieron en la misma habitación de hotel, trataron de que no se les viera juntas a petición de ella, sin embargo disfrutaron durante las noches cuando cualquier fanático o cámara estuviera lejos de ellas.

Cada día, cada segundo que pasaba, en Yoohyeon iba creciendo un tremendo deseo por hacerla suya en todas las maneras posibles, pero algo dentro de su corazón le decía que si hacía eso, cometería un grave error. A pesar de eso esa semana de rodaje, el elenco la encontró diferente y no tenían claro cuál era la razón, mantenía una sonrisa radiante, no le importaba si le pedían repetir una escena 10 veces, ella lo hacía sin protestar.

La llevó a Canadá para no tenerla lejos y, en caso de que llegase el momento, no se fuera sin estar presente. Trató de vivir un cuento de hadas, trató de no pensar en el asunto de fondo de todo esto, eludir las preguntas de San cuando hablaban de la morena, pero cuando llegó a Estados Unidos y luego de pensar las cosas una y otra, vez se dio cuenta que era hora de hacerle frente a lo que le preocupaba y los vacíos que tenía en información, debía hablar con Minji Cavendish.

Día sábado, el sol estaba brillando en lo más alto del cielo pero no calentaba lo suficiente para hacerlas sentir mejor, las temperaturas bajas predominaban, la vegetación se mantenía húmeda y fría, desde los árboles se seguían desprendiendo hojas amarillas.

Minji asomó su rostro por la puerta de la enorme cocina en el departamento, Yoohyeon miraba fijamente un plato del cual revolvía una mezcla para bañar unos filetes de pescado, su concentración, sus ojos marrones, su perfil y todo la estaba haciendo sonrojar

Minji: Hola señorita Kim – Yoohyeon alzó la cabeza y sonrió al verla somnolienta, tenía el cabello revuelto y no se había quitado una camiseta de fútbol americano que le pertenecía a ella- Disculpe, digo, disculpa por haberme despertado tan tarde

Yoohyeon: ¿Leyendo novelas otra vez? –asintió con una pequeña sonrisa tímida- Estoy preparando el almuerzo, pescado y papas doradas con una copa de vino blanco ¿Te parece delicioso?

Minji: Increíble –se acercó y la abrazó por detrás, su calor era una de las cosas más exquisitas del siglo 21- Tus palabras de ayer me preocuparon ¿Qué sucede?

Yoohyeon: -dejó la mezcla para el pescado hacia un lado antes de voltearse- No lo tomes a mal, estos días han sido maravillosos, sin embargo no puedo seguir creyendo que todo es color rosa ¿Me entiendes? –acarició el rostro de la muchacha frente suyo, no quería frustrarla pero quería ser tan transparente como en algún momento ella lo fue- Es decir...desde que dijiste que eras... ya sabes, del pasado, mi mente ha estado tratando de bloquear la idea que te vas –se le quebró la voz, miró hacia el lado esperando que se le pasara y no que sus ojos se humedecieran, otra vez- Hay mil cosas que tengo en mi cabeza pero también mil deseos en el corazón, hay muchos vacíos y respuestas que necesito llenar. No quiero que te vayas y sentir que no hice nada por ti

Minji: -asintió porque estaba de acuerdo, habían pedazos de la verdad que debían ser hablados de nuevo- Almorcemos juntas y nos sentamos a conversar sin ocultar lo que no se deba ocultar ¿De acuerdo? –asintió antes que ella se parara de puntillas y besara sus labios con dulzura. Mierda ¿Cómo no extrañarla? ¡Ya lo estaba haciendo!

Yoohyeon: Ve a ducharte si quieres, cuando salgas tendré todo listo –susurró en su oreja antes que ella se desprendiera de sus brazos y caminara coqueta a través de la puerta.

Cuando ella desapareció de su vista, untó los filetes de pescado en aquella mezcla para freírlos después, sin embargo, su mente fue divagando hasta recordar el día de ayer cuando se reunió con sus amigos, todos sonreían como si nada, compartían un poco de alcohol y mucho asado pero dado un momento de la noche, fue San el que se acercó a para hablar. Kim no estaba borracha, de hecho, no había bebido más que medio vaso de cervez, pero cuando sus ojos cruzaron los de su mejor amigo, una amarga sensación cubrió su pecho ¿Qué estaba pasando?

Between love and timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora