Mikey es chico de dieciocho años de edad, con pelo rubio y ojos negros, el cual vive con sus tres hermanos.
Sin embargo un día tuvo que ir a la casa de su abuelo que se encontraba en mal estado, ¿que clase de obstáculos se encontrará en el camino?
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Manjiro sano es un chico de piel hermosa, pelo rubio y ojos negros el cual se encontraba poniéndose su bella capa color rojo encima de su vestimenta para dirigirse a casa de su abuelo y llevarle unos medicamentos para que se mejorará, no era de su agrado levantarse temprano y alistarse, pero allí estaba por obligación de su hermano mayor.
Termino de vestirse y se dirigió a la parte baja de su cabaña en la que vivía con sus tres hermanos, dos mayores llamados Shinichiro Sano e Izana Kurokawa y su hermana menor, Emma Sano.
Paso por la cocina rápidamente encontrándose a Shinichiro terminando de alistar la canasta con los medicamentos, este tenía el cabello mojado y sin arreglar, volteo la vista encontrando a Izana terminando el desayuno el cual consistía en huevos fritos con tocino, pan y chocolate caliente...o bueno eso intentaba hacer el peliblanco.
- ¡Shinichiro! - grito Kurokawa a su hermano - ¿¡que te parece si yo empaco los estúpidos medicamentos y tú haces el desayunó!? - hablo frustrado por quemar los huevos.
- Shinichiro no suena mala idea.....Izana quemara la cabaña - susurro Emma.
Y el Sano mayor solo se limito a suspirar por tercera vez en esa mañana, volteó su cabeza encontrando a Mikey peleando con Emma por un pan con mantequilla y a Izana votando por segunda vez los huevos que había hecho.
- Está será una mañana larga..- dicho esto respiro ondo acercándose a Izana para calmarlo y ayudarle con el desayuno.
Dió unos pasos hasta este indicándole los medicamentos que faltaban por poner en la canasta, Izana asintio a regañadientes dirigiéndose a empacar lo que le habían indicado, Shinichiro se limito a hacer rápidamente el desayuno sin obstáculos, sonriendo satisfecho al ver el resultado, al menos era mejor que todos en el área dela cocina.
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Ya tenía su capa, la canasta y las llaves de la cabaña del abuelo, ahora solo le faltaba safarce de sus hermanos sobreprotectores, los amaba, pero cuando se trataba de salir tenía que persuadirlos durante varios minutos hasta que dijeran si, y ni decir del diálogo de Shinichiro cada vez que alguno de ellos salía.
