Capítulo | 8

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El amar a otras personas nunca había supuesto un problema para Kim Taehyung. El problema venía cuando él era amado.

Taehyung no se caracterizaba por tener un autoestima particularmente fuerte, y nunca había identificado cuando una relación era tóxica o le hacía daño. Nunca había puesto límites y mucho menos había alzado la voz para que sus parejas lo tomaran en cuenta cuando las cosas se ponían realmente incómodas.

En términos generales, Taehyung nunca había tenido una relación saludable. Y él lo sabía.

Estaba tan acostumbrado al drama y la histeria que, genuinamente consideraba estos dos factores para que una relación fuera exitosa. 

Qué equivocado estaba.

Porque sin saberlo, había un chico de mirada chocolate y labios bien formados, que estaba dispuesto a mostrarle cómo sería estar en una relación totalmente saludable. 

Jeon Jungkook, después de haber escuchado la conversación -quizá indebidamente- de Jimin con el joven que había llamado su atención, al cual le había salvado la vida, no podía dejar de pensar en él.

Y en la muchas ganas que tenía por conocerlo mucho mejor.

Sin embargo, él sabía que Taehyung no se sentía tan cómodo con él. Seguía poniendo barreras, Jungkook lo notaba. 

Le daba curiosidad por qué Taehyung hacía eso. ¿Qué era lo que le incomodaba? ¿Era a caso que no le era agradable su presencia?

Esas y mil preguntas más le rondaban la cabeza. El acercamiento que había intentado hacer con Taehyung en la fiesta, cuando estuvieron charlando en el balcón, sólo le había confirmado sus sospechas: Taehyung estaba a la defensiva.

Tenía que idear un plan para que esa actitud desconocida de Taehyung se eliminara. Quería demostrarle que podrían llevarse bien, y que sus intenciones eran genuinamente buenas. Al igual que su interés.

-¿Estás de nuevo en tus viajes astrales?- preguntó Yoongi, entrando a la sala de estar, donde Jungkook había estado los últimos minutos mientras analizaba toda esta situación, sentado en el sillón, perdido, viendo la ciudad desde la ventana.

-Oh, hola Yoongi. No sabía que estaba en casa.- respondió Jungkook, saliendo de su trance

-¿Dónde más estaría? Es casi media noche y mañana es Lunes. Tengo que estar fresco para irme al estudio mañana. ¿Tú qué haces despierto? Mañana tienes clases 

A Jungkook le dio risa el comentario de su compañero de piso, quizá podría ser un total amargado y pretender que no se preocupaba por él o Namjoon, pero muy en el fondo sabía que lo hacía y que les tenía en muy buena estima. Aunque no lo quisiera demostrar.

-Sólo estaba pensando en varias cosas, pero sí. Ya me iré a dormir. Gracias Papá.- dijo burlesco Jungkook , mientras se dirigía a su habitación en silencio.

-No olvides pasar mañana al súper, ya no hay muchas cosas en la despensa. Te voy a dejar un poco de dinero para que no tengas problema en pagar mañana. Te encargo unas mascarillas de pepino. Para piel extra seca.-

-¿Piel extra seca? Pero Yoongi, tu piel es tan suave como la pompi de un bebé.

-¿Y cómo crees que mantengo así mi hermosa piel? Te acabo de decir mi secreto mejor guardado. Te dejaré más dinero, cómprate una para ti. Tus poros se ven asquerosos.

- Tan amable como siempre. Gracias Yoongi. Que descanses.

-Da gracias que alguien se preocupa por ti. Niñato malagradecido.

Y sin más, Jungkook se marchó a su cuarto. Dejando a un Yoongi pensando en qué era lo que realmente preocupaba como para que el joven tuviera una mirada triste, porque aunque Jungkook lo hubiese intentado ocultar, Yoongi lo había notado.

El otro lado de la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora